Diversos estudios internacionales indican que los autos eléctricos no se incendian con mayor frecuencia que los vehículos de combustión interna. En Noruega, país líder en la adopción de vehículos eléctricos, se registraron en 2023 un total de 687 incendios en autos a gasolina y diésel, en comparación con solo 33 incendios en vehículos eléctricos.
En Suecia, las estadísticas también respaldan esta tendencia. En 2022, se reportaron 68 incendios por cada 100.000 vehículos de combustión, frente a 3,8 incendios por cada 100.000 autos eléctricos o híbridos enchufables, lo que indica que los vehículos de combustión interna son significativamente más propensos a incendiarse.
En la actualidad, los vehículos eléctricos representan menos del 1% de todos los incendios de vehículos. Tesla ha reportado que, entre 2012 y 2022, hubo aproximadamente un incendio por cada 130 millones de millas recorridas en vehículos de esa marca (209.214.200 kilómetros), mientras que los datos del Departamento de Transporte de EE.UU. indican que ocurre un incendio en vehículos de combustión por cada 18 millones de millas recorridas (28.968.120 kilómetros).
Mitos y realidades sobre la seguridad de los autos eléctricos
A pesar de la percepción común de que los autos eléctricos son más propensos a incendiarse debido a sus baterías de iones de litio, los datos sugieren lo contrario. Las baterías están diseñadas con múltiples sistemas de seguridad para prevenir incendios, y los incidentes relacionados con ellas son relativamente raros. Además, cuando ocurren incendios en vehículos eléctricos, rara vez afectan a la batería.
Es importante destacar que la mayoría de los incendios en vehículos eléctricos ocurren durante la carga, y a menudo se deben a instalaciones eléctricas domésticas inadecuadas o al uso de cables y alargadores inapropiados. Por ello, se recomienda que la instalación de cargadores domésticos sea realizada por personal capacitado y certificado.
Comparación con vehículos de combustión interna
Los vehículos de combustión interna presentan una mayor incidencia de incendios, principalmente debido a la presencia de combustibles inflamables y sistemas mecánicos más complejos que pueden fallar. En comparación, los autos eléctricos tienen menos componentes susceptibles de generar calor extremo o chispas, lo que reduce el riesgo de incendios.
