La industria automotriz chilena enfrenta una de sus mayores crisis logísticas en años, tras el anuncio de DP World, concesionario del Puerto de San Antonio, sobre la suspensión del desembarco de vehículos durante dos periodos críticos en diciembre.
Este inesperado cierre, justificado como una “mantención programada” en el sitio 4/5 del puerto, afectará directamente la llegada de alrededor de 30 mil vehículos nuevos, obligando a redirigir las operaciones al puerto de Lirquén, en la Región del Biobío.
Diego Mendoza, secretario general de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), expresó su preocupación: “Este cierre intempestivo no solo quiebra compromisos asumidos por las marcas, sino que también multiplica los costos logísticos y retrasa la cadena de suministro en un mes crucial para el sector”.
El desvío a Lirquén: un costo logístico elevado
Con el puerto de Lirquén como única alternativa, los costos logísticos podrían aumentar hasta 10 veces por unidad, de acuerdo a lo informado por la ANAC, lo que encarecerá significativamente las operaciones. Según un estudio realizado en 2023 por O’Bois, trasladar mil vehículos desde Lirquén a Santiago implica un costo de $215 millones y ocho días de trabajo intenso, comparado con $35 millones y un solo día desde San Antonio.
Además, este desvío representa un incremento de 1.400 toneladas de emisiones de CO₂ y cerca de 2 millones de kilómetros adicionales recorridos por camiones, aumentando no solo el impacto ambiental, sino también el riesgo de retrasos que podrían afectar directamente al consumidor.
Un gremio insatisfecho ante la falta de soluciones
Pese a reuniones urgentes entre ANAC y DP World, la empresa concesionaria se mantuvo inflexible, descartando opciones como el uso de otros espigones en San Antonio. Esto genera preocupación adicional en un contexto donde las operaciones logísticas en San Antonio ya han enfrentado desafíos prolongados en el pasado.
A esta problemática se suma la reciente renuncia de Matías Laso Polanco, gerente general de DP World San Antonio, dejando al puerto sin una figura clave para gestionar esta crisis.
Competitividad regional en juego
La situación ocurre en un momento de mayor competencia regional, especialmente frente al megapuerto de Chancay en Perú, que amenaza con posicionarse como un hub más eficiente para el comercio automotriz en la región.
En la ANAC sostienen que, para la industria automotriz chilena, este cierre no solo impacta la logística inmediata, sino que también podría comprometer la confianza en las capacidades portuarias locales, afectando futuros acuerdos comerciales.