La industria automotriz en Estados Unidos se prepara para los cambios significativos que se anticipan bajo la administración de Donald Trump, quien propone nuevos aranceles de importación para vehículos de México y otros países, además de modificar políticas pro-vehículos eléctricos (VE). Estos cambios podrían transformar el mercado automotriz estadounidense, afectando la competitividad y los planes de inversión en infraestructura de carga y producción de baterías de vehículos electrificados.
Cambios regulatorios y futuro de los vehículos eléctricos en EE.UU.
El presidente Trump planea rescindir varias regulaciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y del Departamento de Transporte, reduciendo así el apoyo federal a los vehículos eléctricos y eliminando beneficios fiscales y otros incentivos clave. Esto podría hacer que los autos a gasolina, especialmente las camionetas y SUV de gran tamaño, vuelvan a ser el foco principal de producción, lo que impactaría la competitividad de los vehículos eléctricos y frenaría los proyectos de infraestructura de carga en Estados Unidos.
La Zero Emission Transportation Association (ZETA), que representa a Tesla, Rivian, Lucid y otros fabricantes de vehículos eléctricos, ha expresado su disposición para colaborar con la administración de Trump. La organización recalca la importancia de los próximos cuatro años para consolidar la producción de vehículos eléctricos en fábricas estadounidenses y asegurar el desarrollo de esta tecnología con el respaldo de mano de obra local.
Nuevos aranceles a vehículos importados: Consecuencias para México y Asia
La administración Trump ha indicado que las tarifas a vehículos importados de México podrían superar el 200%, impactando gravemente a la cadena de suministro, especialmente si también se limitan las importaciones automotrices desde China. Con la posibilidad de incentivar la producción en suelo estadounidense, la administración Trump buscará atraer inversiones extranjeras en plantas de ensamblaje en EE. UU., promoviendo el empleo local y limitando las importaciones.
Para empresas como Strategic Development Group, que asesoran en selección de sitios para manufactura, la imposición de aranceles más altos puede resultar en costos adicionales para los fabricantes que dependen de piezas y ensamblajes provenientes de México y Asia. “Si limitamos a China en la cadena de suministro sin contar con México, será difícil para las automotrices abastecerse de piezas esenciales,” señaló Mark Williams, presidente de la compañía.
Fabricantes internacionales evaluando cambios en producción por los nuevos aranceles
Honda y Toyota, con una capacidad de producción significativa en México, se están preparando para posibles ajustes. Honda, que fabrica unos 200.000 vehículos anualmente en México, podría reconsiderar su estrategia si los aranceles elevados se convierten en permanentes. Toyota, que actualmente produce el modelo Tacoma en sus plantas mexicanas, podría trasladar esa producción a Texas en caso de que se impongan aranceles significativos.
Corea del Sur y otros países asiáticos también anticipan el impacto de estas políticas. El ministro de Comercio de Corea del Sur ha señalado que las compañías de su país estarían dispuestas a invertir más en EE.UU. si los aranceles aumentan, mientras que los costos de manufactura podrían incrementarse debido a estos cambios.
Futuro del mercado automotriz: ¿Retroceso en la transición a vehículos eléctricos?
La administración Trump plantea un desafío importante para los planes de electrificación y sostenibilidad en el sector automotriz estadounidense. Aunque algunos fabricantes podrían beneficiarse al tener mayor libertad para producir vehículos de combustión interna, la reducción de incentivos para vehículos eléctricos podría hacer que Estados Unidos pierda terreno en la carrera global por la electrificación y el desarrollo de una infraestructura de carga sólida y sostenible.