Los días de frío ya llegaron y es necesario realizar una revisión detallada del vehículo para cuidarlo de la exposición a bajas temperaturas e inclemencias del clima durante el invierno. Por lo mismo, los expertos de Lubricantes Shell indican cómo debes cuidar el funcionamiento y utilidad del automóvil. Además de chequear el estado de los neumáticos y luces, también se debe prestar especial atención a los fluidos esenciales del automóvil.
“Para evitar daños en el motor y otras partes del vehículo es indispensable revisar cincos fluidos que son de vital importancia para el correcto funcionamiento del auto. También, es altamente recomendable que el conductor lleve un registro donde anote todo lo referente a los niveles de líquidos, así como revisiones y cambios, esto no sólo le ayudará a tener orden en el vehículo, sino también para saber cuándo es necesario llevarlo al taller”, explica Carlos Becerra, jefe de Soporte Técnico Empresa Nacional de Energía Enex.
Líquido de frenos: Su función principal es transmitir la fuerza que se genera en el pedal del freno hacia los cilindros de las ruedas, pudiendo así realizar un frenado efectivo. Se recomienda revisar su nivel una vez por semana con el motor apagado y frío. En la mayoría de los casos el depósito del líquido de frenos permite ver a trasluz el nivel de fluido que debe estar entre nivel máximo y mínimo.
Lubricante del motor: Las bajas temperaturas reducen la fluidez en los líquidos de su auto. Por esto se recomienda evitar los aceites minerales mono-grados y preferir lubricantes semi o 100% sintéticos, ya que resisten mucho mejor las bajas temperaturas del invierno. Es el líquido más importante del auto y debe revisarse constantemente, ya que de lo contrario peligra el funcionamiento del motor. Si el motor tiene aceite en exceso, éste se quemará, acortando la vida del catalizador. Si tiene bajo nivel de aceite genera un mayor desgaste y termina forzando el motor. Es muy importante utilizar la viscosidad y especificaciones recomendadas por el fabricante del vehículo.
Aceite de la dirección hidráulica: Su función es transmitir potencia para controlar esfuerzos mecánicos mediante variación de presión. Si al maniobrar el volante se siente más rígido de lo habitual, revise el líquido de la dirección. Debe contar con un alto índice de viscosidad para soportar las variaciones de temperatura a las que está sometido.
Refrigerante: Se debe revisar nivel una vez a la semana para confirmar que el sistema de refrigeración opere en condiciones óptimas. Usualmente es un producto en base a etilenglicol, agua desmineralizada y aditivos contra la corrosión. Tiene un punto de congelamiento muy bajo y un elevado punto de ebullición para optimizar el rendimiento térmico al motor. Verificar siempre la recomendación de concentración de refrigerante y el tipo de producto (convencional, híbrido, OAT) que se indique en el manual del vehículo. La recomendación estándar es utilizar refrigerantes con una concentración de 50% (50% etileglicol + inhibidores de corrosión / 50% agua desmineralizada).
Líquido limpiaparabrisas: La visibilidad al momento de conducción depende en cierta medida de este líquido, que permite mantener el parabrisas limpio, y por lo mismo, una conducción más segura. Debe ser un líquido que no manche los cristales, ni deje una película de jabón sobre el vidrio, a la vez que no cause refracción.