El Papa Francisco, fallecido este 13 de abril a sus 88 años, tuvo una emotiva despedida en la Plaza San Pedro en el Vaticano.
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Una multitud, entre feligreses y líderes políticos de todo el mundo, acudieron a su funeral este sábado para darle el último adiós antes de ser sepultado en la Basílica Santa María La Mayor.
Tal como fue su voluntad, el funeral no tuvo extravagancias. Apenas un féretro de madera y el escudo en la tapa. Sus vestimentas sencillas y el calzado que usaba comúnmente.

“Un gesto de agradecimiento”
La historia detrás del calzado elegido por el sumo pontífice como Papa, se ha dado a conocer tras su muerte, esto por decisión del humilde fabricante de calzados de Santa Fe, Argentina, Antonio Chiusquievich, quien decidió guardarlo en la intimidad de la familia.
Antonio Chiusquievich comenzó en el oficio a los 10 años. Llegó a Santa Fe a trabajar en una fábrica de compostura. Tras fabricarle los zapatos ortopédicos a una persona fue contactado desde el hospital Vera Candioti donde trataban los pacientes con secuelas del polio a quienes confeccionaba su calzado especial.
Su hijo fue entrevistado en RTS Medios donde contó de la curiosa forma en que su padre, y fallecido, y el Papa se conocieron en 2019. Fue un sueño del fabricante sobre Francisco que lo motivó a escribirle un carta, que sería leída por el mismo sacerdote.
Cinco meses después recibieron la carta del Papa con las medidas que el fabricante le había solicitado, y un par de zapatos viejos para tener “algo con qué trabajar con más certeza”.
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“Cuando se enteró que tenía un acortamiento de tres centímetros por esa operación de cadera, a partir de ese momento comenzó una obsesión”, relató el hijo del fabricante.
No solo hizo arreglos a los zapatos enviados, sino que le fabricó unos nuevos. Tiempo después pudo ver en la televisión que el Papa los usaba.
“El solo hecho que le hayan llegado ya para papá era una sensación de placer, de tranquilidad y de agradecimiento”.