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A raíz del caso de Pamela Díaz: ¿Cuáles son las causas de una parálisis facial?

Una infección viral, traumatismos, enfermedades neurológicas e incluso el uso inadecuado de botox pueden ocasionarla

El tema de la parálisis facial se impuso este miércoles, luego de que Pamela Díaz tuviera que dejar su programa en vivo, debido a que como ella misma dijo, tenía la boca chueca y sentía algo desde el ojo hacia abajo.

La parálisis facial es la pérdida de fuerza o debilidad en un lado de la cara, generalmente causada por un problema en el nervio facial. Esto provoca dificultades para cerrar un ojo, asimetría en el rostro y problemas para sonreír.

“Por lo general, afecta la mitad completa de la cara, incluyendo la parte superior, media y baja de ese lado”, explica el doctor Enrico Mazzón, neurólogo vascular de clínica Alemana.

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Tipos y causas principales de la parálisis facial

Las parálisis faciales más comunes son las de tipo periféricas, que afectan directamente al nervio facial. La parálisis facial periférica idiopática es la más frecuente y su causa exacta aún no se ha determinado.

“Se asocia a reactivaciones de virus que pueden estar latentes en los nervios, como el herpes simple o la varicela zoster, los cuales pueden inflamar el nervio y deteriorarlo de forma transitoria o permanente”, detalla el especialista. También existen causas menos habituales, como traumatismos o lesiones en la cara.

La parálisis facial puede afectar a cualquier persona, aunque es más frecuente en la edad media de la vida y en personas con enfermedades que deterioran la capacidad de los nervios, como la diabetes mellitus. Además, quienes han sufrido una parálisis facial en el pasado tienen mayor probabilidad de volver a experimentarla, aunque esto es poco frecuente.

El tratamiento busca reducir la inflamación del nervio y aliviar los síntomas. “Desde lo farmacológico, se utilizan antiinflamatorios como corticoides y antivirales, ya que se ha demostrado que disminuyen el tiempo de recuperación”, explica el neurólogo. También se pueden utilizar terapias de rehabilitación, como ejercicios faciales y fisioterapia, para mejorar la movilidad y reducir las secuelas.

Evolución y posibles secuelas

En la mayoría de los casos, la parálisis facial es temporal y la recuperación puede tardar semanas o meses, dependiendo de la persona. “Alrededor del 70 a 80% de los casos son leves y se recuperan completamente. Un 15% evoluciona con mayor severidad y puede dejar asimetrías faciales. Solo un 5% de los casos no se recupera completamente y puede requerir cirugía estética para corregir secuelas”, explica el especialista.

Además, en algunos casos, los pacientes pueden desarrollar movimientos involuntarios o espasmos musculares tras la recuperación, lo que se conoce como sincinesia. Estos efectos pueden manejarse con fisioterapia y en algunos casos con inyecciones de botox en dosis controladas para relajar los músculos afectados.

Estrés y su impacto en la parálisis facial

El estrés no es una causa directa de parálisis facial, pero puede ser un factor que favorezca su aparición. “El estrés en sí mismo no es una causa, pero modela el sistema inmunológico. Puede ser un gatillante o empujón final para que la patología se manifieste clínicamente”, señala el especialista. También advierte que el estrés crónico puede aumentar el riesgo de otras enfermedades, como la hipertensión.

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Botox: ¿un riesgo para la parálisis facial?

El uso inadecuado de toxina botulínica (botox) puede generar efectos adversos, incluyendo una asimetría en la cara, pero no es lo mismo que una parálisis. La dermatóloga de Clínica Alemana, Katherine Barría, explica que el botox se aplica en los músculos y no en los nervios, que son los implicados en una parálisis fácil. Sin embargo, se “pueden ver asimetrías, especialmente en el tercio inferior de la cara, por una mala o insuficiente aplicación y dar una sonrisa y apertura de la boca asimétrica”

Asegura que en estos casos se trata de un efecto porque un lado de la cara está más relajado que el otro. La doctora Barría indica que “la zona inferior, mentón y cuello tienen mucha fuerza, por ello, se pueden ver cómo efecto secundario especialmente hacia el labio inferior y la apertura de la boca hacia abajo. Es absolutamente corregible, y no implica gravedad”.

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