“Me llamó Nicole, su mamá, y me dijo: ‘Me pidió un Chocman’. Ahí yo dije ‘ya, estamos bien’”. Con esas palabras Claudio Valenzuela graficó cómo se enteró de la milagrosa recuperación que tuvo su hija Amaya, quien se encuentra en la Posta Central, debido a una grave infección en la sangre.
Si bien, aún está en evaluación, la joven de 24 años ya está fuera de peligro de muerte, para tranquilidad de sus padres y familiares.
“Aún falta mucho todavía por hacer, hay caminos que todavía hay que seguir, pero ya está fuera de peligro vital al menos y eso es buenísimo. Lo peor ya pasó”, destacó el vocalista de Lucybell, quien se encontraba en Estados Unidos cuando Amaya fue internada de urgencia por un cuadro de septicemia.
“Cuando me enteré, el día domingo, de todo lo que estaba pasando, (estando) en Estados Unidos, tuve que tomar el primer vuelo y me dijeron: ‘Ven para poder despedirte’. Cuatro o cinco días después, estuve hablando con ella y está consciente”, reveló con evidente alivio y emoción.
“Estas lágrimas ahora son de alegría. Ha pasado realmente un milagro”, señaló respecto a la evolución que tuvo Amaya el día viernes, cuando despertó del coma. “Uno de los días más felices de mi vida. Lo primero que hice fue decirle que la amo, pese a que ya se lo había dicho antes. Pero que me dijera de vuelta que también me ama y poder escucharla, verla a los ojos y ver sus reacciones… es impagable”, contó al medio LUN.
También, agradeció las muestras de apoyo, destacando que fueron fundamental en la recuperación de su hija.
“Ahora está todo sano y nadie sabe por qué”
“Considero que nosotros, como familia, fuimos muy afortunados. Muchísimo. Yo creo que sí existen energías cuando la gente se junta y piensa algo positivo. Cuando toda la gente piensa en algo, se producen cosas y este es el resultado. Los médicos hoy día me decían que (Amaya) tenía comprometidos el hígado, los riñones, los pulmones y ahora está todo sano. Y nadie sabe por qué”, reveló.
Finalmente, valoró el trabajo de los médicos de la Posta Central a quienes reconoció como los mejores en la especialidad.
“Algunos me dijeron: ‘Ay, Claudio, ¿por qué no la llevas a una clínica?’. Yo tengo amigos médicos y este es el colegio base. El que no pasa por acá, por urgencias, no puede hacer urgencias en ningún otro lugar. El personal fue muy amistoso y muy profesional. Se preocuparon por todo. Ella, cuando ingresó acá, estaba con 44 grados de fiebre, convulsionando, con peligro de muerte. Y ellos, de alguna forma, hicieron esto increíble. Lo hicieron todo de una forma muy rápida, muy efectiva y muy eficiente”, sentenció.