La animadora del matinal Buenos días a todos, María Luisa Godoy, fue un mar de emociones durante el programa de este martes, luego que pudiera gritar a los cuatros vientos que logró vencer un cáncer a la piel al detectar a tiempo un melanoma maligno. Pero, tras el desahogo también confesó que su familia vivió un complejo momento por la salud de tres de sus hijos.
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“Pasaron varios episodios, porque hay cosas que no cuento y que están relacionadas con mis hijos, pero que son menores y que han ido evolucionando bien, también de salud”, comentó a sus compañeros en TVN.
Con esto, reveló que mientras ella estaba en proceso de biopsias, la vida no le dio tregua y también tuvo que velar por las complicaciones médicas que enfrentaban sus retoños, las cuales hicieron sus días aún más difíciles.
“Llegaron muchos exámenes en muy poco tiempo. No fueron solo dos biopsias mías, fueron de tres hijos con quienes pasamos episodios”, lamentó.
Pero, al mal tiempo, debía poner buena cara y continuar en la conducción del programa. Ahí el apoyo de su compañero Eduardo Fuentes y todo el equipo fue vital, destacó.
Previamente, Fuentes recordó un día cuando María Luisa no aguantó las lágrimas y fue contenida por todos en el estudio.
“Estábamos acá y te abrazamos todos, porque te pusiste a llorar. Había sido una semana de situaciones intensas y muy privadas. No voy a entrar en detalles, y nos fuimos sumando como imanes”, desclasificó.
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“Él me contenía y después no sé cómo lograba que riera. Y seguía en la tarde… es como el amigo que todos soñamos tener”, recalcó.
“Creo que es lo mínimo que uno tiene que hacer cuando una persona enfrenta una situación compleja”, sentenció el animador, consignó Página 7.
“Me sentí afortunada”
María Luisa agradeció también el apoyo de la gente y dijo sentirse muy afortunada de poder haber detectado a tiempo la aparición del melanoma.
“Yo fui súper amiga de la Javie Suárez. Soy muy amiga de Cristián Arriagada (su marido) y sabía lo agresivo que son los melanomas y avanzan muy rápido. Entones, me sentí tan afortunada de haber visto y esto era ínfimo”, relató mientras mostraba, a modo de ejemplo, un pequeño lunar que tenía en el brazo.
Tras esto, valoró haberle prestado atención, puesto que “me hubiera demorado seis meses, un año, la historia no la estaría contando. Si me hubiera salido en la espalda, no lo hubiera visto”, reiteró respecto a la suerte que tuvo.