El exprimer ministro británico, Boris Johnson, sorprendió recientemente con una columna publicada en el Daily Mail, donde compartió sus reflexiones tras visitar Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua. En el artículo, Johnson destacó la singularidad de este enclave chileno, el que describió como “el lugar ideal” para resguardarse en caso de un conflicto nuclear global.
“Nunca habíamos visto un paisaje tan encantador ni tan solitario”, señaló Johnson, quien recorrió la isla el mes pasado junto a su esposa y sostuvo un encuentro con la familia Piñera Morel. En su descripción, el político se mostró, sin duda, asombrado por la belleza natural del territorio. “Podría ser la costa oeste de Irlanda, de no ser por estos extraños volcanes cónicos verdes de cientos de metros de altura”, añadió.
El exmandatario relató también su experiencia al visitar los icónicos moáis, las famosas estatuas de piedra características de la Isla. “Extiendo la mano para tocar una de las estatuas caídas, o moai, con su frente colosal enterrada en el césped y el lóbulo de su oreja tan alto como nosotros”, escribió, confesando su emoción al explorar las figuras que yacen parcialmente enterradas.
“Cuando miro hacia abajo, veo que en realidad estamos parados sobre una de ellas. Bajo nuestros pies, casi completamente enterrada, hay la forma de un rostro humano”, continuó.
“Este es el lugar ideal”
Sin embargo, más allá de su admiración por la riqueza cultural de la isla, su comentario sobre la idoneidad de Rapa Nui como refugio ante un conflicto global fue el que llamó la atención.
“Guau, pienso mientras pedaleamos por la carretera desierta. Si de verdad te preocupa la Tercera Guerra Mundial y quieres evitar la lluvia radiactiva, este es el lugar ideal”, afirmó. Según Johnson, el aislamiento de la isla y su distancia respecto de los centros de conflicto global la convierten en un espacio único para evadir una futura catástrofe mundial.
En su análisis, Johnson también reflexionó sobre la caída de la civilización rapa nui, señalando que el colapso se debió a un factor en particular. “No fue la pobreza, ni las enfermedades, ni las malas cosechas, ni la hambruna. Y, sin duda, no fue un problema medioambiental relacionado con la erosión del suelo lo que provocó el colapso de la cultura de la Isla de Pascua”, indicó.
“Fue la política la que destruyó esta asombrosa civilización, como ocurre casi siempre. Y esa es la verdadera lección para la raza humana”, cerró Johnson.
El paso de Boris Johnson por Rapa Nui dejó una impresión clara: este remoto rincón del mundo no solo es un testimonio de la resiliencia cultural, sino también un recordatorio, según el político, de las lecciones que la humanidad debe aprender frente a los desafíos globales