Con la llegada de las Fiestas Patrias, el asado se convierte en el rey de las celebraciones familiares. Sin embargo, en medio de los preparativos, surge una pregunta clave: ¿es realmente recomendable limpiar la parrilla con una cebolla?
Esta práctica se ha convertido en una tradición en muchas familias, donde se corta una cebolla por la mitad y se frota sobre la parrilla caliente antes de colocar la carne. La creencia común es que la cebolla, debido a sus propiedades naturales, ayuda a eliminar la grasa y los residuos adheridos. Pero, ¿es realmente eficaz?
Heinz Wuth, cocinero y creador de la popular cuenta de Instagram Ciencia y Cocina, ofrece una perspectiva crítica sobre esta costumbre. Según Wuth, el uso de la cebolla puede cumplir con el objetivo de limpiar superficialmente la parrilla, pero no está exento de inconvenientes.
“El problema principal radica en los restos que la cebolla deja al pasarla por la parrilla”, explica Wuth. “Al estar compuesta por azúcares y aminoácidos, sus jugos tienden a caramelizarse rápidamente al contacto con el calor. Esto, a su vez, puede provocar que los restos se quemen y dejen un sabor amargo en los alimentos”, aclara.
El riesgo de alterar el sabor de la comida es uno de los puntos que más preocupa a los expertos. Al carbonizarse los residuos de la cebolla, se impregna un sabor indeseable en la carne, lo que puede arruinar el plato estrella del asado. “Es común que, en lugar de obtener una carne con el sabor ahumado característico, los comensales sientan ese retrogusto a quemado, que es difícil de ignorar”, enfatiza el cocinero.
Wuth sugiere alternativas más seguras y eficientes para la limpieza de la parrilla. “Una opción que recomiendo es usar un bloque de papel aluminio. Se adapta mejor a la forma de los barrotes y, con suficiente fricción, puede eliminar los residuos de manera más efectiva. Luego, basta con pasar papel húmedo para asegurarse de que la parrilla esté completamente limpia antes de empezar a cocinar”, detalla.
Sin embargo, el experto reconoce que la cebolla sigue siendo una tradición arraigada en muchas familias y que, a fin de cuentas, es una elección personal si se opta por seguir utilizándola. “No es que esté mal usarla, pero hay que estar consciente de los efectos que puede tener en el sabor de los alimentos. Si no te molesta ese riesgo, adelante. Pero para quienes buscan una cocción más limpia y precisa, siempre hay otras opciones”, concluye.
En definitiva, mientras la cebolla puede seguir teniendo su lugar en las celebraciones, los cocineros más experimentados recomiendan alternativas más prácticas para asegurar un asado sin sorpresas.
