En la labor por conquistar el espacio, Francia es uno de esos países que se ha logrado destacar. Partiendo por la fundación de su propia agencia espacial, el Centre National d’Études Spatiales (CNES), en 1961, este país ha sido pionero en el desarrollo de tecnologías, como su satélite Astérix lanzado en 1965, transformándose en el tercer país del mundo en alcanzar tal logro. Asimismo, Francia ha contribuido significativamente en el desarrollo de investigaciones en la Estación Espacial Internacional (ISS), donde astronautas como Thomas Pesquet o Claudie Haigneré han destacado en sus misiones.
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Esta última es una figura icónica en el ámbito de la exploración espacial. Nacida en Francia en 1957, Haigneré pasó a la historia como la primera mujer astronauta de su país, y una de las pocas en Europa. Su carrera profesional comenzó en la medicina, más específicamente en la neurociencia, y evolucionó hasta conquistar el espacio. Claro que este camino no estuvo exento de polémicas.
El aporte de Claudie Haigneré a la exploración espacial
La astronauta francesa participó en dos misiones importantes: “Cassiopeia” en 1996, donde realizó investigaciones en la estación espacial rusa Mir, y “Andromède” en 2001, en la Estación Espacial Internacional. No obstante, pese a su exitosa carrera, hubo un incidente que en 2008 capturó la atención de la prensa internacional.
Luego de su década en la investigación espacial, Haigneré entró en la política como ministra delegada de Investigación y Nuevas Tecnologías en Francia de 2002 a 2004, y posteriormente como ministra delegada de Asuntos Europeos de 2004 a 2005. Posteriormente, Haigneré sufrió un dramático episodio en diciembre de 2008.
Y es que en aquella fecha la ex astronauta debió ser hospitalizada de urgencia en París tras un aparente intento de suicidio, habiendo consumido una sobredosis de pastillas para dormir. ¿Lo curioso? Es que mientras estaba en ese estado, se reportó que exclamó: “¡La Tierra debe ser alertada!”, y luego de ello cayó inconsciente.
Dicha historia se masificó rápidamente, alimentando numerosas teorías conspirativas sobre sus eventuales conocimientos de vida extraterrestre y su abrupto cambio de actitud. Y lejos de lo que se podría esperar, la realidad detrás de estos eventos nunca fue claramente revelada. Si bien el hospital y los conocidos de la profesional desmintieron los rumores, calificando el incidente como un lamentable malentendido, tampoco se entregó una explicación más profunda sobre aquel episodio.
Tras recuperarse, Haigneré dejó la política y se unió al Instituto Pasteur en París. Sin embargo, un incendio en el laboratorio donde trabajaba poco después de su hospitalización añadió más leña al fuego, con teorías que sugerían que el incendio podría haber sido un intento de ocultar evidencia de “ADN sobre presencia alienígena”.
A la fecha Haigneré está absolutamente alejada de su carrera espacial y se desempeña como directora de la Ciudad de las Ciencias y la Industria en París, uno de los museos más grandes de Europa. Su legado siempre será parte de la historia, pese a las teorías conspirativas que empañaron el final de su carrera.