La dueña de un Airbnb planificó una cruel venganza contra un inquilino que violó las reglas de su departamento que alquiló. Ahora se enfrentan en una demanda por invadir su privacidad, infligiéndole angustia emocional y causando “daño” a su matrimonio.
PUBLICIDAD
Según reseña el medio ‘New York Post’, este problema comenzó en 20022 cuando Shawn Mackey, de Mississippi, Estados Unidos, alquiló la propiedad de Pamela Fohler para una reunión de fin de semana con sus viejos amigos, en total de cuatro huéspedes. En ese momento, él le comentó a la anfitriona que sí podría invitar a más amigos a una cena “muy discreta”, pero que ellos no pasarían la noche, según los archivos de la denuncia.
La dueña le dijo que no tenía problema con sus invitados y solo le recordó las reglas de la casa como que no podían fumar, ni hacer ruido excesivo. Tampoco, estacionar frente a las puertas del garaje o en el lado derecho del camino de entrada, no orinar en la piscina, entre otras cosas.
Lamentablemente, el hombre no hizo caso a las reglas y la dueña dijo haber recibido quejas por “disturbios, gritos y malas palabras en el área de estacionamiento”. Por lo tanto, Fohler le exigió que abandone el inmueble de inmediato. Pero Mackey le comentó a la anfitriona que no tenía otro lugar a donde ir y por eso la llamó a su número de celular, pero en lugar contestó su esposo, quien aseguró que podía continuar con su estadía.
El inquilino dejó una reseña negativa de su estancia en el Airbnb y solicitó un reembolso de 502 dólares que había pagado en un inicio. Se conoció que esa reseña fue eliminada.
Después de su reseña, Fohler comenzó a acosar a Mackey, pues afirmó que la dueña de la casa le envió un mensaje a su esposa con fotos de él y otra mujer, como venganza. Y esto provocó serios problemas en el matrimonio del inquilino.
Ante eso, Mackey presentó una demanda de 22 páginas en el Tribunal de Distrito de Mississippi onde afirmaba que “el matrimonio del demandante ha sufrido como resultado” y que Fohler le causó a Mackey, entre otras cosas, “angustia emocional extrema”.
Por su parte, la dueña presentó una moción de desestimación y Airbnb solicitó otra para obligar a las partes a someterse a un arbitraje, con una fecha límite para responder en el 21 de febrero de este año.