El resplandor de la fama que acompañó a Samuel Ávalos tras el dramático rescate de los 33 mineros en 2010 se ha desvanecido, dejando paso a un complejo presente. Según informó La Estrella de Valparaíso, Ávalos se encuentra solicitando propinas a las afueras de un centro comercial en La Calera, en la Región de Valparaíso.
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El minero N°22 en ser rescatado de la Mina San José transporta las compras de los clientes hasta sus vehículos y asiste a los conductores en el estacionamiento, a cambio de una propina. Un giro inesperado para aquel hombre que en 2010 protagonizó uno de los rescates más seguidos y esperanzadores.
Luego de radicarse en Rancagua con su esposa e hijos tras el rescate, Ávalos regresó a La Calera en 2019 para cuidar la casa de sus padres. Sin embargo, según el mismo medio, su vida tomó un oscuro rumbo debido al consumo de drogas, lo que lo condujo a la situación precaria en la que se encuentra ahora.
“Yo lo veía todos los días aquí cuando pasaba a trabajar, pero de repente cayó al maldito vicio, aunque más que eso no sé”, comentó un vecino.
Recordado por aceptar la propuesta de matrimonio de su pareja mientras estaba atrapado en la Mina San José, la historia de Samuel Ávalos revela las complejidades y desafíos que enfrentan algunos de los protagonistas de aquel episodio que capturó la atención de todo el mundo.