Durante la mañana de este jueves 17 de abril el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Gajardo, y la subsecretaria de Derechos Humanos, Daniela Quintanilla, se reunieron con Paola Reyes Salas, abogada y sobrina nieta del poeta Pablo Neruda, para analizar los nuevos antecedentes que registra la causa.
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El ministro Gajardo Falcón, subrayó que “esclarecer las circunstancias de la muerte de Pablo Neruda es fundamental para la historia, para la memoria y para saber si fue o no víctima también de la dictadura militar”.
Asimismo, sostuvo que “a casi 52 años del golpe de Estado, el compromiso del Estado de Chile es avanzar en verdad y justicia para todos los casos emblemáticos que siguen abiertos. Pablo Neruda es una figura universal, y la verdad sobre su muerte no sólo interpela a nuestro país, sino también a la comunidad internacional.”
El secretario de Estado agregó que la causa de muerte del Premio Nobel de Literatura aún es materia de investigación y “hay nuevos antecedentes que ha hecho llegar, entre otros, la familia de Pablo Neruda, que es querellante en esta causa y que nosotros estamos analizando desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, junto con el Ministerio del Interior, que es quienes llevan el patrocinio de la querella”, explicó.
El ministro de Justicia detalló que “esos antecedentes dan a entender que hay una concentración inusual de agentes tóxicos en el cadáver, lamentablemente, de Pablo Neruda y por lo mismo, eso podría llevar adelante esta tesis de que él no murió por causas naturales”.
Jaime Gajardo relató que “esto pasó muy pocos días después del golpe de Estado y por lo mismo, como pasó muy pocos días después del golpe de Estado, en circunstancias en que la represión fue terrible, en circunstancias en las que estaban asesinando a las personas en nuestro país, torturando a las personas en nuestro país, quebrándole las manos a Víctor Jara, no descartamos que también le puede haber ocurrido algo parecido a Pablo Neruda”.
“Estamos en una posición muy distinta de esclarecer la verdad”
En la ocasión, Paola Reyes Salas, en representación de la familia de Pablo Neruda, dijo que están “muy agradecidos por este compromiso y ojalá que pronto podamos consolidar aquellos resultados como una muestra no solamente para Chile, en esclarecer la verdad y la justicia, sino que ante todo el mundo, que efectivamente tiene los ojos en nuestro Premio Nobel y necesita saber la verdad muy puntualmente”.
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La mujer agregó que “si bien es cierto, han sido arduos años de trabajo, hoy creemos que estamos en una posición muy distinta de esclarecer la verdad en torno al ámbito y circunstancias que rodean la muerte, que esta parte puede asegurar que efectivamente corresponde a un asesinato de Pablo Neruda”.
Paola Reyes recordó que “la causa se inicia en el 2011 a raíz de una declaración que hace el guardia privado y chofer de Pablo Neruda, Manuel Araya, y en ese sentido se acogió a tramitación y durante todos estos años se ha llegado a la conclusión efectiva, que fue durante el tercer panel, el 2023, que se encontró la cepa Alaska E 43 proveniente de la toxina botulínica”.
En la década del 70 esta sustancia era producida en Sudamérica solamente por el Instituto Butantan, de Brasil, que tenía estrecha relación con dictadura cívico-militar chilena, lo que abre la posibilidad cierta de que el escritor comunista haya sido envenenado por el régimen de Augusto Pinochet.
Según un reportaje de Ciper, el Instituto Butantan de Brasil proporcionó venenos que fueron utilizados por la dictadura chilena para eliminar a opositores.
En marzo del año pasado, en tanto, la Corte Suprema condenó a cuatro miembros del Ejército de Chile y a un funcionario de prisiones por estos crímenes, determinando que las víctimas fueron envenenadas con una toxina derivada del microorganismo Clostridium botulinum.
De acuerdo a una investigación de seis meses realizada por Agencia Pública de Brasil, reveló “declaraciones inéditas y nuevos documentos que prueban los estrechos vínculos de Butantan con los militares brasileños y chilenos, incluidas fotos de una visita de una delegación de altos funcionarios vinculados a Pinochet a su sede en Sao Paulo”.
Entre los militares se cuenta al exmiembro de la junta militar y excomandante en jefe de la Fuerza Aérea (Fach), Fernando Matthei, padre de la actual candidata presidencial Evelyn Matthei quien hace poco justificó los crímenes de la dictadura y exculpó a su padre de las violaciones a los derechos humanos.

Según el medio barsileño, “al inicio del régimen militar en Chile, la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina) creó el Proyecto Andrea, que utilizaba toxinas para eliminar opositores , como veremos. El gas sarín, la toxina botulínica, la toxina estafilocócica –esta última producida en Butantan desde los años 30–, el talio, entre otros venenos, formaban parte del arsenal del proyecto".
Asimismo, detalla que “en 2008, la científica chilena Ingrid Heitmann Ghigliotto encontró en el sótano del Instituto de Salud Pública de Chile (ex Instituto Bacteriológico), donde era directora, dos cajas con frascos de toxina botulínica del Instituto Butantan, una cantidad, según ella, suficiente para “exterminar a medio Santiago“.