Fue a eso de las dos de la madrugada del domingo 30 de marzo cuando se perdió el rastro de la lancha pesquera artesanal Bruma, en la costa de Coronel.
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Las labores de búsqueda se iniciaron recién en la tarde del día domingo y se encontraron los restos de la pequeña embarcación partida en dos, pero no a sus siete tripulantes, quienes habían zarpado desde el puerto de Lirquén para pescar bacalao.
La esperanza de sus familiares recayó en la experiencia de ellos y en la balsa de rápida activación que tenía el Bruma, la cual les daba una autonomía de hasta 15 días, al tener agua y alimento. Pero, esa ilusión comenzó a desaparecer con el transcurso de la semana.
Uno de los principales sospechosos de ocasionar la tragedia, es el barco Cobra, de la empresa Blumar. Una nave que mide 64,7 metros de largo y 12 de ancho, la cual habría chocado al Bruma cuando se encontraba fondeado (anclado) producto del mal clima. Lancha que solo medía 14,7 metros de largo y 4,36 de ancho.
La hipótesis del atropello tomó fuerza al ver la destrucción del Bruma y, principalmente, porque la nave sospechosa tenía trazos de pintura en la hélice, lo que daba cuenta de una colisión.

Además, según los registros de geolocalización, esa tormentosa madrugada -con olas de cuatro metros- el Cobra navegaba por el mismo sector donde se extravió el Bruma, a 15 kilómetros al noroeste de la Isla Santa María.
La teoría de los familiares, quienes descartaron una intencionalidad, es que el Cobra iba en piloto automático y no detectaron que el Bruma se encontraba detenido, impactándolo de lleno y partiéndolo por la mitad.
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Según contó el padre y abuelo de dos tripulantes, el Bruma se fondeó a las 3 de la tarde del sábado y por regla marítima, la embarcación que se encuentra anclada tiene la preferencia. Es decir, el barco que navega en la misma coordenada, es el responsable de cambiar el rumbo para evitar el choque. Cosa que en esta trágica ocasión el Cobra no habría realizado.
Además, los familiares condenan al capitán del Cobra por no haber avisado del accidente ni devolverse a prestar auxilio.
Según trascendió, el Cobra iba a una velocidad de 11 nudos y luego la redujo a seis. Justo cuando el Bruma envió su última localización, a 30 metros de diferencia desde donde se encontraba fondeado anteriormente. Metros que habrían sido producto del impacto que recibió durante la madrugada, cuando la tripulación descansaba.
Desde la gerencia del Blumar, en tanto, descartaron de manera categórica haber chocado a la pequeña embarcación y aseguraron que las manchas de pintura corresponden al deterioro propio del barco. Además, recalcaron en la experiencia de 40 años del capitán, quien contaba con dos pilotos y vigías.
Hallazgo de ropa y la balsa salvavida
A la intensa búsqueda se sumó la ayuda de un robot con capacidad para sumergirse a 200 metros de profundidad. Pero, los restos del Bruma se encuentran entre los 350 y 400 metros, por lo tanto la Armada comprometió la ayuda de otros dispositivos con mayor alcance.
La idea de sumergirse era corroborar si la balsa de emergencia estaba o no en los restos de la lancha, hallazgo que eliminaría cualquier esperanza de encontrar con vida a los tripulantes.
En esa espera, pescadores artesanales dieron con el hallazgo de una carpa, una zapatilla y una gamela con gata, objetos que corresponderían a la lancha Bruma.
Ese mismo día el abogado que representa a las familias contra Blumar indicó que interpondrían una querella por homicidio, puesto que “es un hecho que los tripulantes están fallecidos”.
Las palabras de Rafael Poblete cobraron más fuerza la tarde del viernes cuando la Armada encontró la balsa de emergencia del Bruma, la cual nunca se activó.
“Era la esperanza que teníamos, la balsa se encontró, está cerrada. Es terrible para la pesca artesanal, para sus familias, pero me atreví a hablar solamente para darle tranquilidad”, lamentó uno de los dirigentes.
Desaparece tripulante del Cobra
La tarde del sábado se informó que uno de los 18 tripulantes del Cobra se encuentra desaparecido, desde la mañana del viernes tras faltar a una capacitación psicológica.
Fue el hijo de Juan Roberto Sanhueza Anriquez quien presentó una denuncia en la PDI, por presunta desgracia.
“El día de ayer nos informan a nosotros que mi papá no se presenta en ciertas reuniones que debería estar y eso fue alrededor de las 9 de la mañana. No tenemos información de él, no sabemos dónde está, no sabemos qué pasó con él“, contó a Meganoticias.

Las querellas contra el Cobra
“En lo penal vamos a interponer una querella por el delito de homicidio, no por cuasidelito homicidio, si no que por el delito de homicidio”. Además, una orden de arraigo “en contra de una persona natural, el capitán, porque la Ley de Navegación dice que el capitán es el primer responsable de la seguridad de la nave”, señalo el abogado Rafael Poblete.
Los siete pescadores desaparecidos fueron identificados como: José Luis Medel Sepúlveda, José Luis Medel González, Juan Jorge Muñoz Balladares, José Fernando Carrasco González, Julio Eduardo Gallardo Díaz, Carlos Hugo Escárate Ramírez y Jonathan Daniel Torres Saldaña.
Video referencial lancha Bruma: