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Padre recorre Chile por Miguel, su hijo con distrofia muscular de Duchenne

El niño ha sido calificado para poder recibir el costoso tratamiento Elevidys, cuyo costo es de $3.500 millones.

Padre recorre Chile por Miguel, su hijo con distrofia muscular de Duchenne
Padre recorre Chile por Miguel, su hijo con distrofia muscular de Duchenne

Miguel y su hijo Miguelito, de 11 años, acaban de regresar de Estados Unidos con una esperanza renovada. El pequeño, diagnosticado con distrofia muscular de Duchenne, ha sido aprobado para recibir la innovadora terapia génica Elevidys. Sin embargo, el costo del tratamiento asciende a $3.500 millones, una suma inalcanzable para su familia. Por ello, su padre ha iniciado un recorrido por todo Chile para conseguir los fondos necesarios.

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Desde el sur del país, Miguel ha comenzado un puerta a puerta con un objetivo claro: lograr que un millón de personas donen $3.000 cada una. “Si logramos que un millón de corazones solidarios se sumen, podremos darle a Miguelito la oportunidad de vivir”, señala con emoción.

El tratamiento fue aprobado por la FDA en junio del año pasado para niños mayores de 6 años con movilidad conservada, una condición que Miguelito aún cumple. No obstante, el tiempo apremia: en cualquier momento podría perder la capacidad de caminar, lo que lo excluiría de la posibilidad de recibir la terapia.

La familia ha recibido apoyo a través de rifas, donaciones y la colaboración de su colegio, La Salle de La Reina, además de comunicadores que han difundido su causa. Hasta ahora han reunido $500 millones, pero aún falta mucho para alcanzar la meta.

“Cuando nos dijeron que existía un tratamiento para Miguelito, nuestra vida cambió. Antes solo podíamos acompañarlo en su enfermedad, ahora tenemos la posibilidad de darle una vida mejor”, cuenta Miguel. Su madre, Ingrid, también ha dedicado su vida a la salud de su hijo y está dispuesta a hacer todo lo necesario para conseguir los fondos. “Hasta hace unos meses solo había oscuridad, ahora tenemos esperanza y haré todo lo posible para lograrlo”, asegura.

El recorrido de Miguel padre es una muestra de fe y amor. Con su auto, durmiendo en la ruta y megáfono en mano, seguirá recorriendo Chile con la convicción de que la solidaridad de los chilenos hará posible este milagro. Además, planea crear una fundación para ayudar a otros niños con Duchenne a gestionar su tratamiento y reunir los recursos necesarios.

“No dejaré de tocar puertas hasta conseguirlo. Tengo fe en que no dejarán solo a mi hijo”, concluye Miguel. Su llamado es claro: cualquier aporte puede hacer la diferencia. Chile entero tiene la oportunidad de ser parte de este milagro y cambiar la vida de Miguelito para siempre.

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