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Comienza desalojo en toma Lajarilla de Viña del Mar: Este es el origen del “urbanizado” campamento

Gimnasio, barberías y almacenes eran parte del terreno privado, de propiedad de José Massú.

Desalojo de toma Lajarilla en Viña del Mar
Desalojo de toma Lajarilla en Viña del Mar (SEBASTIAN RIOS/Agencia Uno)

Este martes 4 de marzo comenzó el desalojo de la toma El Edén de Lajarilla de Viña del Mar, Región de Valparaíso.

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En total cerca de 90 familias residen en el campamento ubicado en un terreno privado de dos hectáreas, quienes pagaron por vivir a ahí a vendedores ilegales.

Si bien, los pobladores intentaron frenar el desalojo, la Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó la solicitud judicial de las más de 450 personas que viven hace aproximadamente tres años en el lugar.

Lo llamativo, es que los pobladores contaban con energía eléctrica e incluso habían barberías, locales comerciales y hasta un gimnasio consignó el matinal Contigo en la mañana de CHV.

¿Origen de la toma?'

El terreno es de propiedad del empresario José Massú, quien compró ambas parcelas el año 2012, ubicadas en Reñaca Alto.

El argumento de los residentes es que el propio dueño les habría “regalado” una parte del terreno.

“El tercer día estando acá, llegó el señor Massú y nos regaló... delimitó la parte que donaba. Hubo un compromiso verbal de parte de él con nosotros, de que la parte demarcada era la que nosotros podíamos habitar y la otra garantizarle que eso no se siguiera invadiendo”, señaló uno de los pobladores a Bio Bio.

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El abogado representante de los pobladores, Gustavo Burgos, aseguró que el dueño José Massú los invitó a vivir en las parcelas, con el fin de que cuidaran el terreno.

La toma comenzó en febrero del año 2022 y en noviembre Corte Suprema acogió el recurso de protección interpuesto por el propietario y ordenó su desalojo en seis meses, situación que no ocurrió.

Ante la petición de compra de los habitantes -quienes han instalado casas casi totalmente “urbanizadas”- el abogado de Massú señala que su representado “no quiere vender, y eso se les ha dicho reiteradamente a los ocupantes, por distintos conductos”.

No tiene sentido que hablemos ocupantes ilegales y propietarios, porque no hay nada que conversar”. “Ellos saben que se tienen que ir y no pueden pretender que nos obliguen a vender un terreno que tiene un legitimo dueño. Por lo tanto, el lanzamiento va si o sí”, recalcó.

El desalojo estaba programado para el 22 de febrero, pero por el inicio del Festival de Viña del Mar, las fuerzas públicas fueron derivadas a resguardar el evento y a los veraneantes.

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