El gobierno implementará el uso de pistolas taser en casos de violencia intrafamiliar (VIF), una decisión que busca ofrecer una alternativa menos letal para enfrentar situaciones de riesgo. Esta medida fue confirmada en una reunión de la Unidad Consultiva, un grupo que apoya el proceso de reforma de las policías en el país.
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Detalles de la implementación
La idea de utilizar pistolas taser, que son armas de electrochoque no letales, surgió tras un incidente en que una carabinera resultó herida con un arma blanca. El gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, enfatizó la necesidad de que Carabineros cuente con herramientas que permitan evitar situaciones de riesgo, afirmando: “Tuvimos una carabinera herida por un arma blanca, eso en el mundo hoy día se puede evitar a través de la existencia y la autorización del uso por parte de la policía de armas no letales, llamadas armas taser o de inmovilización”.
Aunque el gobierno había estado trabajando en este proyecto durante meses y ya había adquirido 30 pistolas taser, fue después de las declaraciones de Orrego que se anunció la implementación a partir de marzo, en una fase de prueba que se llevará a cabo en situaciones de VIF, excluyendo a las unidades de orden público.
Aspectos del protocolo de uso
La utilización de las pistolas taser se discutió en sesiones de la Unidad Consultiva, donde se establecieron lineamientos generales para su uso. Durante una reunión extraordinaria, se presentó un “pre-protocolo” que define que las taser se usarán en situaciones de “agresión activa”, en las que haya riesgo de daño para carabineros o ciudadanos.
Las descargas eléctricas que emiten estos dispositivos estarán programadas para durar un máximo de cinco segundos. El protocolo estipula que los carabineros que utilicen las taser deberán contar con certificaciones y recibir capacitación anual, y se espera que se elabore una cartilla que regule su uso, abordando aspectos como los “potenciales efectos, riesgos e implicancias médicas”.
Asimismo, se prohíbe el contacto directo con el dispositivo, salvo en situaciones donde sea necesario para proteger la vida de los involucrados. Los disparos no podrán dirigirse a áreas sensibles del cuerpo, como los ojos o genitales, y se deberá evitar su uso en niños, niñas y adolescentes. En caso de que se realice una descarga, el carabinero tendrá la obligación de prestar atención médica a la persona afectada.
La Tercera indicó que desde Carabineros confirmaron que el protocolo se desarrolló cumpliendo con altos estándares operativos y normativos y que su uso está sujeto a estricta regulación. Aseguraron que la formación y entrenamiento del personal es fundamental para garantizar un servicio de calidad, orientado a la protección de la comunidad.
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Sin embargo, algunos expertos de la Unidad Consultiva cuestionaron la falta de especificidad en el protocolo. Afirmaron que no se ha presentado un marco completo que regule el uso de las taser, lo que genera incertidumbre sobre quiénes las utilizarán y cómo se llevará a cabo su capacitación. El gobernador Orrego celebró la decisión del gobierno, pero instó a ampliar el uso de taser a otras situaciones de agresión, argumentando que estas herramientas son vitales para proteger a los carabineros en el cumplimiento de su labor.
El subsecretario del Interior, Luis Cordero, añadió que Carabineros debe desarrollar un plan de adquisiciones para este proyecto piloto y que los resultados de esta experiencia se darán a conocer públicamente.