Que mucha gente en el país está endeudada y también sobreendeudada es algo innegable, una realidad dura y que condiciona muy fuerte.
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Y en ese sentido, morosa o morosa es quien tiene una o más cuotas impagas en el registro correspondiente, de cualquier tipo de operación crediticia a personas naturales, al último día de cada mes considerado.
Es decir, implica estar retrasado en el cumplimiento de las obligaciones financieras, como el no pago de deudas, facturas, préstamos, tarjetas de crédito u otros compromisos económicos en la fecha acordada.
Ello, obviamente, puede tener consecuencias legales y financieras, como la aplicación de intereses moratorios, penalizaciones, la afectación de la calificación crediticia, e incluso medidas ante la justicia para recuperar la deuda en caso de morosidad persistente-
En el contexto financiero y crediticio, la condición de moroso puede tener impactos negativos en la capacidad de una persona o entidad para obtener crédito en el futuro, ya que los prestamistas y acreedores suelen evaluar el historial de pagos al considerar la aprobación de nuevos préstamos o líneas de crédito.
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Hace poco, la Universidad San Sebastián (USS) y Equifax liberaron el 47° informe que elaboran sobre la morosidad en Chile, correspondiente al último trimestre de 2024, que mostró una baja la gente que se encuentra bajo tal calidad, pero también registró un alza en el monto total impago.
Al cierre del año pasado, el número de morosos llegó a 3.924.734 individuos, lo que corresponde a un descenso anual de 3,4%. Pero preocupa el hecho de que un 25,1% de la población mayor de 18 años tenga deudas impagas, es decir, uno de cada cuatro chilenos y chilenas.
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Además, la deuda total tuvo un alza anual de 0,3% y alcanzó los 8.921 millones de dólares, lo que equivale al 2,93% del PIB.
La mora promedio, en tanto, alcanzó los $2.255.189, lo que implica un alza del 3,9% en doce meses. Y el grupo socioeconómico E, correspondiente a los pobres, bajó en un 6,3% su número de morosos, pero enfrenta un complejo escenario, considerando que su deuda promedio llegó a $1.347.574, lo que corresponde a 4,7 veces su ingreso medio, que es de $284.871.
El 44% de quienes están en situación de mora tienen compromisos comerciales impagos por menos de 300 mil pesos, y son 1.713.323 personas. En el otro extremo, quienes mantienen una deuda impaga por más de $3.000.000 subieron un 1,8% respecto al cierre de 2023, llegando a 609.217 personas.
En el desglose por rubro, el retail abarca al mayor número de documentos en mora con 2.351.294 sujetos, pese a que disminuyó un 12,6% anual. Al tomar en cuenta el monto en mora, la banca supera los 4.353 millones de dólares, lo que corresponde al 48,8% del total de deuda morosa del periodo de la medición.
Y a pesar de haber disminuido un 4,5% anual, el grupo socioeconómico D, con un ingreso promedio de $545.377, sigue siendo el que acumula mayor cantidad de morosos, con 1.666.099 personas, lo que corresponde al 35% de ese segmento.
A fines de 2024, el único grupo que aumentó en número de morosos fue el ABC1 -que posee un ingreso promedio de $4.829.997-, con un incremento de 0,2% en doce meses.
En relación con la permanencia de la deuda morosa, los nuevos morosos, que son aquellos sin deudas informadas en el trimestre anterior, totalizaron 236.649 personas, lo que es un 5% más que a fines de 2023.
En este grupo, además, se observó el mayor aumento en su mora promedio, la que llegó a $444.528, 17% más que al término del año antepasado.
Los morosos intermitentes -quienes presentan al menos dos periodos no consecutivos de morosidad durante los últimos doce meses-, disminuyeron un 22% en los últimos doce meses, totalizando 757.772 personas. Y los morosos permanentes -los que poseen moras por doce meses consecutivos o más- aumentaron un 2%, llegando a 2.930.313 personas.
A fines de 2024, además, el número de morosos hombres bajó en un 4,1% anual, mientras que las mujeres con deudas impagas disminuyeron en 2,9%. La mora promedio tuvo un mayor incremento en la población masculina, la que fue de $2.999.081 (4,2% anual), y en la población femenina llegó a $1.576.136 (2,7% anual).
Al considerar tramos etarios, en todos descendió el número de morosos. La mayor caída fue en el grupo entre 18 a 24 años (19,3% en los últimos doce meses) y en el segmento de 25 a 29 años (14,5%).
Y con respecto a la mora promedio, el mayor monto lo registró el tramo de 45 a 59 años, con $2.665.675, seguido por el segmento entre 30 y 44 años, con $2.665.675. Este último grupo tuvo la mayor alza anual, un 4,8%.
Resultados de dulce y de agraz
Para el economista Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la USS, “es una buena señal que la morosidad se ajustó a la baja durante 2024, llegando al 25,1% de la población, lo que en doce meses representa una caída de 1,1 punto porcentual y consolida la tendencia de los trimestres previos… Pero hay que recordar que desde mediados de 2023 por ley ya no podemos reportar la morosidad del sector salud, por lo que somos ciegos ante ella”.
Y añadió que “la caída se debe, fundamentalmente, al impacto que han tenido en el mercado las condiciones más restrictivas de acceso al crédito que imperaron con fuerza hasta mediados de 2023, de forma especial en créditos de consumo y en casas comerciales, cuyas cifras se ven con algo de rezago”.
De acuerdo al especialista, “luego de ese periodo, y pese a la rebaja de la tasa de política monetaria que impulsó el Consejo del Banco Central, persistió la conducta de las personas de solicitar menos créditos cortos que antes. Es así como en los últimos doce meses en el retail los morosos se redujeron en 338 mil personas”.
Agregó que “en resumen, los resultados del informe son de dulce y de agraz, porque hay menos morosos, pero la deuda global creció casi hasta tres puntos del PIB. La gente ha tomado y está tomando decisiones conservadoras porque proyecta que es muy difícil adquirir el compromiso de un crédito y pagarlo… Por eso hay que apuntar al crecimiento, ojalá al doble de lo proyectado, o sea del 4%, que es lo que permite entregar mejores y constantes sueldos… Los más perjudicados son los más jóvenes, quienes corren el riesgo de ser la primera generación que esté peor que sus padres”.
La importancia de la educación financiera
De acuerdo a Cristián Lecaros, CEO de Inversión Fácil, “el hecho de que bajó la cantidad de morosos, pero subió el monto total impago, tiene implicancias importantes en el sistema financiero, especialmente en el sector retail, que ha mostrado un aumento de gente en esa condición entre sus clientes”.
Agregó que “las personas de los segmentos económicos D y E son las que presentan mayores problemas de morosidad, debido a su situación económica más precaria. Por otro lado, los segmentos más altos tienen mayores montos de deuda morosa, lo que refleja su acceso a créditos de mayor cuantía”.
Y analizó que “la banca concentra hoy casi el 50% del total de deuda morosa, aunque con un leve incremento del 0,1%. A pesar de que el retail ha experimentado una reducción en la cantidad de morosos, sigue siendo un sector crítico, de manera especial en el consumo, donde aún existe una alta actividad en términos de endeudamiento”.
Para Cristián Lecaros, “lo señalado por el estudio evidencia la necesidad y urgencia de fomentar la educación financiera en Chile, para que las personas puedan tomar decisiones más informadas y responsables, y así eviten la morosidad… Es fundamental planificar mejor los presupuestos anuales, evitar deudas innecesarias y ser conscientes de que los costos asociados a instrumentos como líneas de crédito o avances en efectivo son financieramente más costosos y afectan a la estabilidad económica”.
Preocupación por los sectores bajos
Hernán Calderón Ruiz, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), precisó que “aunque ha bajado algo el número de morosos, sigue siendo muy preocupante que una de cada cuatro personas estén en esa condición”.
“Lo otro preocupante, de forma obvia, es que haya subida la cantidad global adeudada, que es algo sostenido y demuestra que en la actualidad a las personas se les hace mucho más difícil ponerse al día. Y el hecho de que en los sectores bajos lo adeudado pueda equivaler a casi cinco veces sus ingresos en base al sueldo mínimo es un dato demoledor, ya que eso hace sumamente difícil enfrentar este tipo de endeudamiento”.
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Para el líder de la Conadecus, “este informe da cuenta de que ha ido cambiando un poco la estructura del endeudamiento que veníamos viendo… Pero sigue existiendo gente que tiene acceso a un endeudamiento mucho mayor a lo que pueden responder, por lo que en un momento caen en moras. Y en el actual escenario económico, es muy difícil ponerse al día, lo que es duro para los consumidores”.