Un misterio cierne sobre el paradero del Maersk Saltoro, un megabuque cargado de unos 1.300 contenedores con cerezas producidas en Chile que se dirige al puerto de Nansha, en Chinas.
La nave zarpó el 27 de diciembre desde San Antonio Terminal Internacional con la finalidad de arribar a su destino para las fiestas del Año Nuevo Chino. Sin embargo, los planes cambiaron con un desperfecto inesperado que motivó su parada y ahora lo mantiene a la deriva.
Desde las plataformas MarineTraffic y Maritime Optima se ha hecho un seguimiento de la ruta y ubicación del buque que hasta este 13 de enero se localizó en Micronesia, ya sin esperanzas de poder llegar a su destino a tiempo.
Otro de los reportes apunta a una desperfecto mecánico, específicamente la falla en uno de sus motores principales que lo mantiene sin detenido en espera de que pueda ser reparado.
Según indicaron desde Portal Portuario, el Maersk Saltoro “se mantiene en reparaciones y contenedores con cerezas chilenas permanecen conectados”.
El retraso en la llegada del barco no solo ha generado preocupación entre compradores y exportaciones por los posibles daños de la fruta, si no además las pérdidas millonarias sumado a los costos extraordinarios que deberían ser asumidos por los titulares de la carga.
El negocio de las cerezas
El comercio de las cerezas chilenas logró un récord en 2024, con una cifra de al menos 1.500 millones de dólares en envíos, el número más alto reportado desde 2007. Junto a Argentina, Chile es uno de los principales exportadores de esta fruta en el Hemisferio Sur.
China es el principal mercado de las cerezas chinas, ya que estas fruta es una de las consumidas en esta época del año. Principalmente se exportan las variedades Lapins, Santina y Regina.