Luego de avanzar el lunes por la noche en la Comisión de Trabajo del Senado, el cronograma fijado indica que el proyecto de la reforma de pensiones será tratado entre martes y miércoles por la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta.
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El jueves debería estar a disposición de la Sala de los senadores, donde tendría que ser despachado de inmediato sin mayores problemas por el 50%+1 exigido, y así quedar en poder de los diputados y de las diputadas el viernes para su tercer trámite en el Congreso.
La Moneda envió al Parlamento en noviembre de 2022 el proyecto, que estuvo mucho tiempo detenido en el Senado. Y ahora la premura es lo que guía a muchos parlamentarios para convertirlo en ley ojalá antes de que termine el presente periodo legislativo, o sea, el próximo viernes 31 de enero. Al menos eso es lo que pretenden -y no esconden- en el Ejecutivo.
La presidenta de la Cámara Baja, la PC Karol Cariola, adelantó que están disponible a sesionar los días viernes y sábado de esta semana para aprobar el proyecto.
“Creemos que el jueves (los senadores) estarían en condiciones de despachar esta norma, por lo que nos quedarían el viernes y el sábado como días reglamentarios y podríamos citar a sesionar. Eso es algo que estamos absolutamente disponibles a hacer”, dijo este martes la diputada Karol Cariola.
Si se requiere de más tiempo, y aunque la semana que viene es distrital y se suma el hecho de que el comité de los republicanos no dan la unanimidad necesaria para sesionar, el Presidente Gabriel Boric usará una potestad que le da la Constitución para obligar a la Cámara Baja a sesionar, algo que sería empleado por primera vez desde que en 2005 fue introducido como reforma a la Carta magna del país.
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Y el problema que surge es que varios diputados y diputadas de distintos sectores ya han manifestado que están en contra de lo que se está tratando como reforma de pensiones.
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Según detalló La Tercera, “el acuerdo logrado por el gobierno y los senadores de Chile Vamos en torno a la reforma de pensiones tendrá que enfrentar un inesperado flanco en las filas de la centroizquierda en la Cámara, además de algunos descuelgues declarados de diputados de la UDI y RN” .
Y se agrega que en tal instancia se requieren 77 de los 155 sufragios en cada una de las votaciones solicitadas para despachar a ley la reforma tan esperada.
“El problema es que la rebelión de diputados está creciendo en las filas del Socialismo Democrático (PPD, PS, liberales y radicales)”, reseña ese medio.
En la bancada PPD-Independientes tienen grandes dudas Jaime Araya, Cristián Tapia, Marta González, Héctor Ulloa, Carlos Bianchi y Camila Musante. Entre los PS los disidentes son Marcos Ilabaca, Danisa Astudillo y Emilia Nuyado. En el Partido Radical se suma Tomás Lagomarsino. En el grupo liberal están en reflexión Vlado Mirosevic, Luis Malla, Sebastián Videla, Alejandro Bernales y Viviana Delgado. Y más a la izquierda también hay algunos parlamentarios con reparos, aunque la mayoría del PC y el FA está por apoyar el acuerdo.
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En la DC es muy crítico Ricardo Cifuentes, tal como los independientes Pamela Jiles y René Alinco, quienes votarían en contra.
Y en la oposición claro es que los trece integrantes de la bancada republicana rechazan la reforma, a los que se agregan los UDI Sergio Bobadilla y Cristián Labbé y la RN Camila Flores.
Por eso surge la chance indeseada por muchos de llegar a una Comisión Mixta de cinco senadores y cinco diputados, lo que alargaría para marzo la resolución de un tema que La Moneda quiere cerrar este mes.
