Las olas de gran tamaño registradas en el borde costero desató preocupación en la población, especialmente en a Región de Arica y Parinacota hasta el Golfo de Arauco, en la Región del Bío Bío, y el Archipiélago de Juan Fernández.
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Pese a las recomendaciones desde el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres Senapred, dos personas perdieron la vida. Las alertas continuaron esta semana, especialmente para lunes y martes cuando se esperaban marejadas en especial entre las 22 y 1 hora local.
Desde Greenpeace Chile la situación no pasó desapercibida y reiteraron su llamado a una pronta respuesta desde el gobierno ante la evidente crisis climática.
Para la organización ecologista, el aumento en el nivel del mar, producto del calentamiento global es uno de los factores para la intensificación de estos eventos.
“La erosión y la falta de protección regulatoria, han provocado la destrucción de dunas y humedales que funcionan como barreras naturales contra el impacto de fenómenos como las marejadas, lo que deriva en que comunidades y otros ecosistemas costeros queden más expuestos a sus riesgos crecientes”, explica Silvana Espinosa, vocera de Greenpeace en el comunicado.
Asimismo comentaron sobre los peligros de las altas marejadas para las ciudades más expuestas, aquellas con zonas urbanas bajas, como Valparaíso.
El efecto de las “decisiones humanas”
En su llamado desde Greenpeace reiteraron la importancia de avanzar en la tramitación del proyecto de ley de Administración del Borde Costero y Concesiones Marítimas que se discute en la Comisión de Medio Ambiente, Cambio Climático y Bienes Nacionales del Senado.
“Para hacer frente a estas amenazas, debemos restaurar y proteger ecosistemas como dunas y humedales y una Ley de Costas que se haga cargo las necesidades colectivas de la población, teniendo en cuenta la importancia de medidas de mitigación y adaptación climática en cada uno de nuestros territorios y no solo el desarrollo económico”, agregaron en la nota.