La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (Noaa) confirmó la llegada del fenómeno de La Niña a través de un nuevo informe emitido recientemente. Este documento indica que las condiciones de La Niña comenzaron en diciembre de 2024, lo que implica un cambio significativo en el clima de la región.
Las temperaturas superficiales del mar en el Océano Pacífico ecuatorial han registrado valores por debajo del promedio, lo que es un indicativo clave para la aparición de este fenómeno.
Detalles del informe de Noaa
La actualización climática de Noaa reveló que los índices semanales de temperatura en áreas críticas del océano fueron -0,7 °C en Niño-3.4 y -0,6 °C en Niño-4. Estos valores, junto con cifras cercanas a cero en Niño-1+2 y Niño-3, son fundamentales para confirmar la presencia de La Niña. El informe también destacó un enfriamiento notable en el océano subsuperficial, donde las temperaturas por debajo del promedio dominaron el Pacífico ecuatorial central y oriental.
Además, se registraron anomalías en los vientos, que se desplazaron del este en el Pacífico occidental y central, mientras que las anomalías en niveles superiores se movieron del oeste sobre el mismo océano. La actividad convectiva se suprimió sobre la Línea de Cambio de Fecha, pero se intensificó en Indonesia, lo que es un patrón común durante la presencia de este fenómeno.
El informe también mencionó que los índices de Oscilación del Sur, tanto tradicional como ecuatorial, fueron positivos. Juntas, estas condiciones del sistema océano-atmósfera sugieren que La Niña se ha instalado oficialmente.
Pronósticos a futuro
Los modelos dinámicos de la columna IRI anticipan un evento de La Niña débil durante el invierno, con valores del índice Niño-3.4 por debajo de -0.5 °C. El Conjunto Multimodelo de América del Norte predice que las anomalías de temperatura se mantendrán frías y que La Niña podría persistir hasta febrero o abril de 2025.
Raúl Cordero, climatólogo de Universidad de Santiago, comentó a La Tercera, sobre la importancia de este fenómeno. “Aunque no se trata de un anuncio inesperado, no deja de ser relevante. Hay dos importantes aspectos que destacar del último comunicado emitido por la Noaa”. “El primero es que la Noaa espera que este sea un evento de baja intensidad. Lo segundo, es que proyecta que va a ser un evento de relativa corta duración”.
Según Cordero, existe un 60% de probabilidades de que La Niña termine durante el otoño austral. Este aspecto es crucial para Chile, ya que La Niña tiende a afectar negativamente las precipitaciones en la zona central del país. “Si se cumplen los pronósticos de la Noaa, y La Niña termina antes del invierno, podemos esperar precipitaciones en la zona central más cerca de valores típicos. De lo contrario, si La Niña persiste, muy probablemente termine afectando negativamente las lluvias en Chile central”, explicó.
El equipo de pronósticos también anticipa que las condiciones de La Niña serán débiles hasta principios de la primavera, antes de una transición a condiciones neutras de ENSO. Aunque es menos probable que estos eventos debiliten los impactos esperados durante el invierno y la primavera, los patrones climáticos aún pueden influir en los pronósticos estacionales, como indican las perspectivas del CPC.
En resumen, la Noaa confirma que las condiciones de La Niña se encuentran presentes y se espera que persistan hasta febrero-abril de 2025, con una probabilidad del 59%. Se estima que la transición hacia un estado neutro de ENSO podría ocurrir entre marzo y mayo de 2025, alcanzando una probabilidad del 60% según el último informe.