De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidad (ONU), el acoso puede ser definido “como un comportamiento deliberado y agresivo, que afecta repetidamente a una víctima cuando existe un desequilibrio de poder real o percibido, y cuando la víctima se siente vulnerable e incapaz de defenderse”.
Y en el caso de las mujeres, el acoso de todo tipo es algo que -lamentablemente- stá muy lejos de desaparecer en el país.
La Universidad de Talca realizó un trabajo a nivel de la Región del Maule que reveló que nada menos que el 87% de las mujeres de esa zona ha vivido algún tipo de acoso, siendo el callejero el más frecuente.
Pero tal realidad bien puede ser extrapolable al resto de Chile como reconocen desde esa casa de estudios superiores. Y de ello dan cuenta las reiteradas noticias en ese sentido que leemos, vemos y escuchamos a diario.
Lo detectado por la Facultad de Psicología Universidad de Talca -por medio de una encuesta a mil 200 mujeres de entre 18 y 81 años efectuada junto a la ONG Matria Fecunda- mostró que un 37,3% reportó haber sido víctima de abuso sexual, un 20,2% señaló haber sufrido violencia ginecológica y un 35,6% acusó violencia obstétrica.
“En términos muy generales, lo primero que vemos es que la vida de todas las personas asignadas al nacer como mujeres está atravesada por la violencia de género, el acoso y el abuso… El acoso es una cuestión mucho más común de lo que pensamos y eso condiciona la vida de las mujeres en muchos niveles: desde cómo se visten, en qué lugares transitan, a qué hora pueden hacerlo. Pasan a ser hasta sospechosas… Esas son cuestiones fundamentales que los hombres no tenemos como experiencia. Y de acuerdo a nuestros datos es posible suponer con alto grado de certeza de que esto se repite en todo el país, que es una experiencia compartida por las mujeres a lo largo de sus vidas”, explica José Manuel Cárdenas, investigador del estudio y académico utalino.
Y añade que “está tan normalizada la violencia en la vida de las mujeres, que lo que ocurre es que tal situación es reportada mucho menos de lo esperable, porque muchas ni siquiera son capaces de reconocerla”.
Respecto de cómo funciona la institucionalidad que, se supone, debe apoyarlas, el profesor universitario sostiene que “un alto porcentaje de las afectadas no puede conseguir o no se atreve a pedir apoyo, aunque saben que lo necesitan”.
“Por ejemplo, el 65% de las que respondió nuestra encuesta señaló que no sabía cómo hacer una denuncia tras vivir un hecho de violencia en un lugar público o en un marco institucional. Y a esto se suma el hecho de que muchas veces faltan protocolos al respecto. Estas formas de acoso generan estigmas en las personas que las padecen, y más encima se sienten culpables por no haber respondido de una manera distinta. Y como quedan vulnerables muchas veces no son capaces de reaccionar por medio de la denuncia”.
Según José Manuel Cárdenas, “llevamos estudiando esto desde hace tiempo, pero sigue sorprendiendo que la violencia contra las mujeres sea naturalizada. Hasta hay cierto grado de acostumbramiento a piropos, agarrones y situaciones inapropiadas en el trabajo, lo que debe alarmarnos y avergonzarnos como sociedad. En todo caso, las jóvenes reconocen el acoso y la violencia mucho más que sus pares de más edad, tienen más conciencia de sus derechos y han podido hablar más de estos temas”.
Finalmente, el académico de la Universidad de Talca precisa que “más allá del movimiento feminista que un momento asomó como una ola, volvimos a una sociedad profundamente machista en la vida cotidiana, en la que está muy arraigado el sexismo, lo que convive con la falta de normas, protocolos y mecanismos de sanción”.
PREOCUPANTE SITUACIÓN
En el marco del último Día del Trabajador y Trabajadora, el estudio de opinión “Mujeres y trabajo”, realizado por Cadem y ChileMujeres, proporcionó una visión detallada de las experiencias y percepciones laborales de las mujeres en Chile,
Y un dato decidor es que el 37% de las mujeres reportó haber experimentado acoso laboral en sus lugares de trabajo, mientras que el 11% de ellas afirmó que fue víctima de acoso sexual.
Pero otro estudio -este del Observatorio Contra el Acoso Chile (OCAC)- entregó cifras peores: el 64% de las mujeres ha vivido por lo menos un tipo de acoso durante su vida, en contraste con el 25,7% de los hombres.
El informe reveló que las mujeres son las principales afectadas, pues prácticamente todas han sufrido algún tipo de acoso sexual a lo largo de sus vidas. Pero la mitad no se reconoce como víctima de una violencia sexual.
VOCES PARLAMENTARIAS
Dos integrantes de la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara Baja se refirieron a la triste realidad que afecta a las mujeres en lo tocante a diversos tipos de acoso.
La diputada RN Carla Morales señaló que “es alarmante ver las cifras de acoso, abuso sexual, y violencia ginecológica y obstétrica existentes, lo que refleja la urgente necesidad de abordar estas problemáticas. Para mejorar el panorama, es fundamental implementar medidas a niveles institucional, social y cultural, creando y fortaleciendo leyes que protejan nuestros derechos de las mujeres”.
“También hay que desarrollar políticas públicas que aborden de manera efectiva la violencia de género en todas sus formas. Y el rol del Ministerio de la Mujer es crucial en la promoción de políticas y acciones para prevenir y erradicar lo señalado, pero creo que ha sido débil en esta materia”.
Y su colega independiente Karen Medina, del Comité Demócratas-Amarillos, indicó que “es alarmante la situación de violencia de género y acoso que viven las mujeres en nuestro país. Por eso es muy importante que el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género tome medidas contundentes para proteger a las mujeres... La protección y el respeto de los derechos de las mujeres no pueden esperar más”.