A 40 años del Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Argentina, que evitó la posibilidad de una guerra entre ambos países, en El Vaticano se llevó a cabo una ceremonia de conmemoración, pues fue el entonces Papa, Juan Pablo II, quien medió.
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Pese a que el actual líder de la Iglesia, Francisco, es argentino, y que la reunión fue impulsada por la excanciller Diana Mondino, quien fue despedida por Javier Milei hace un par de semanas, no participó el actual canciller trasandino, Gerardo Werthein.
El embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Pablo Beltramino, y el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, sí estuvieron.
El motivo para la ausencia de una representación de Buenos Aires en la cita sería discrepancias entre Milei y Gabriel Boric, quienes se habrían visto en la reciente reunión del G20, en Brasil, hace unos días, lo que generó que Werthein se quedara en su país, asunto que el propio ministro confirmó en una entrevista televisiva.
El enojo de Milei con Boric, de acuerdo con La Nación de Argentina, fue el discurso del Mandatario chileno respecto del rol del Estado. “Hay que generar espacios comunes, en donde haya aspectos de la sociedad que no sean sujetos de negocios”, dijo, justo después del discurso de Milei, quien planteó todo lo contrario.
Además, es de público conocimiento que la relación de Francisco con la administración Milei no es buena, aunque fuentes de la Cancillería trasandina indicaron al mismo medio que ese no fue el motivo.
En su discurso, el Papa no dejó pasar la situación y recordó que, en ocasión del 25 aniversario del mismo Tratado, en noviembre de 2009, “se tuvo un acto conmemorativo aquí en El Vaticano, realzado por la presencia de las presidentas de Argentina, la señora Cristina Fernández de Kirchner, y de Chile, la señora Michelle Bachelet”.
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Francisco indicó que el tratado de 1984 “constituye un modelo a imitar” y pidió que su “espíritu de encuentro y de concordia entre las naciones, en América Latina y en todo el mundo, deseoso de la paz, pueda ayudar a multiplicarse en iniciativas y políticas para resolver las crisis sociales y medioambientales que afectan especialmente a los más pobres”.
“Hay dos fracasos de la humanidad: Ucrania y Palestina”, cerró.
Van Klaveren dijo en la ceremonia que “expreso mi reconocimiento a quienes hicieron posible este acuerdo. Representa no sólo un compromiso de paz, sino un legado que debemos proteger y transmitir a las generaciones futuras. En tiempos donde los conflictos prevalecen, este acuerdo demuestra que, con voluntad, la paz es posible, incluso en circunstancias complejas”.
Antes de la ceremonia, Van Klaveren le manifestó a El Mercurio que “ha habido cambios en la cancillería argentina, no sólo de canciller, sino en varios niveles también. A Chile le parece muy importante estar presente, se trata de una audiencia con el Jefe de Estado del Vaticano y, por lo tanto, estamos acá”.
En Santiago, la ministra vocera de Gobierno, Camila Vallejo, se refirió a la supuesta desavenencia entre Boric y Milei en Brasil, donde ella también participó: “Yo estuve en los tres foros del G20 y estas son instancias de diálogo y no de confrontación. Todos los países manifiestan sus posiciones. Qué consideró Argentina es algo que no nos corresponde a nosotros responder”.