En la Sala de la Cámara de Diputados, cuando recién se discutía su procedencia, finalizó su vida la acusación constitucional que había interpuesto la DC con el apoyo del oficialismo en contra de Jean Pierre Matus, juez de la Corte Suprema. Tras los argumentos de acusadores y defensas y del propio magistrado, el libelo, que llegaba con informe negativo desde la comisión revisora, no consiguió la mayoría (necesitaba ser aprobado por la mitad más uno de los votos), pues no toda la centro izquierda se cuadró con la idea.
Matus llegó personalmente a la Sala para defenderse, alternando palabras con su abogado defensor, Luciano Fouillioux. Una acusación fuerte en su contra era haber negado comunicaciones con Luis Hermosilla. Aedo expuso que el magistrado “decidió mentir de manera reiterada en medios de comunicación, es decir, con publicidad”.
“Jamás he negado haber conversado con el señor Hermosilla, está publicado (en la nota de Ciper). Yo dije ‘no tengo los chats, no existen’. Me equivoqué respecto de si era por chat o por teléfono, es cierto, pero esa equivocación no significa que yo haya negado haber conversado con el señor Hermosilla a propósito de mi postulación”, indicó Matus en el hemiciclo.
Fouillioux insistió en la idea de que la AC era “repetitiva, confusa, antijurídica y donde se trata de acusar políticamente a un ministro de la Corte Suprema”.
Cuatro diputados de la bancada PPD más Raúl Leiva (PS) y Gonzalo Winter (FA) se abstuvieron, mientras que Vlado Mirosevic y Alejandro Bernales (ambos PL) y Jaime Mulet (FRVS) se inclinaron por votar contra. Todo eso, sumado a la oposición hizo que se cayera la iniciativa: 66 votos a favor, 54 en contra y 14 abstenciones.
El más enojado era Eric Aedo (DC), impulsor de la AC. “Vi durante la mañana un lobby importante de algunos parlamentarios dando vuelta votaciones, gente que estaba comprometida a votar a favor absteniéndose”, dijo.
“Ha imperado el lobby de Hermosilla y esto quiere decir que estas trenzas de poder que yo he denunciado a raíz de estas acusaciones siguen operando y son capaces de mover voluntades incluso cuando se han manifestado en una dirección distinta”, añadió el parlamentario democratacristiano.
También lo piensan desde el PS, el partido de Leiva, que desde un inicio había manifestado que no iría en bloque con su partido. Daniel Manouchehri (PS) acusó que “las redes de Hermosilla y su banda operaron para salvar al juez Matus. Esta acusación partió con un amplio respaldo, incluso de la UDI, pero varios miembros del oficialismo se dieron una vuelta olímpica”.
La oposición se había reunido por la mañana y habían acordado rechazar el libelo. Camila Flores (RN) explicó que “no existían las fuerzas jurídicas suficientes para perseverar en una acusación que estaba mal planteada y no tenía fundamento. Como Cámara de Diputados no nos podemos seguir desprestigiando y votando a favor simplemente por revanchismo. Y los hechos que se le imputaban al ministro Matus ocurrieron antes de que él asumiera como magistrado en la Corte Suprema”.
En la discusión, diputados como Lorena Pizarro (PC) expusieron entre los motivos para avanzar en una eventual expulsión que Matus ha aplicado la media prescripción en casos de Derechos Humanos, expresiones que fueron rechazadas por la oposición. El eventual revanchismo, de hecho, también fue tema en el Senado, donde se ve la AC a Sergio Muñoz (ver secundaria).
Como respondió Johannes Kaiser (Ind./SC), “no puede ser que haya habido parlamentarios, especialmente del Partido Comunista, que hayan dicho que iban a perseguir o que estaban dispuestos a votar a favor, no en razón de la acusación, sino por otros motivos, como es el tipo de fallos del juez, porque a nosotros, como Congreso, nos está vedado pronunciarnos sobre los fallos de los jueces”.
Muñoz defiende su “honra mancillada” presencialmente
El Senado escuchó las argumentaciones en torno a la acusación constitucional en contra de los jueces de la Corte Suprema Ángela Vivanco y Sergio Muñoz, que aunque se presentaron y pasaron unidas por la Cámara, fueron separadas en esta instancia.
El juez se presentó personalmente para establecer algunos puntos y para, como indicó, “defender mi honra que pretende ser mancillada”.
El magistrado fue explícito en señalar que nunca se comunicó con su hija para comentarle el fallo -información privilegiada- sobre un proyecto inmobiliario en que pensaba invertir, como declaró una funcionaria de la inmobiliaria en una declaración notarial, y de cuya certeza “no hay ninguna prueba”, según dijo.
La persecución, en este caso presentada por la derecha, se ha interpretado como un revanchismo. Así lo indicó el senador Daniel Núñez (PC): “Es una venganza sobre el juez Muñoz, ataron esta AC con la de Ángela Vivanco. Eso es algo irregular, no podemos destituir a alguien por sus fallos en materia de Derechos Humanos o contra las Isapres”.
Por la tarde fue el turno de que los senadores oyeran cargos y descargos del caso Vivanco. Su abogado, Juan Carlos Manríquez insistió en que la acción es innecesaria, pues ya hay otra AC en proceso contra su defendida.
Los argumentos que tuvo la Cámara para visar la acusación fueron presentados ante el Senado por tres diputados. Uno de ellos, Jorge Guzmán (Evo), aseguró que “la Corte Suprema ya ha declarado que ella no ha tenido un buen comportamiento y su conducta ha tenido un efecto directo sobre la confianza pública en la justicia”.
Ambas votaciones se llevarán a cabo hoy.