Un importante flanco se le abrió al fiscal nacional, Ángel Valencia, luego que revelara que se reunió con el abogado Luis Hermosilla -en prisión preventiva por el caso Audio- y el exministro del Interior, Andrés Chadwick, días después de haber sido nombrado en el cargo, donde el ahora imputado le pidió interceder para lograr un procedimiento abreviado para el exdirector de la PDI Héctor Espinosa.
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Si bien el fiscal Valencia calificó el momento como “tenso e incómodo”, explicó que la cita se dio de manera informal y tenía como objetivo aclarar algunas cosas personales con Andrés Chadwick, principalmente, por lo que se dijo de él cuando estaba postulando a la Fiscalía Nacional.
El diputado del Partido Socialista, Jaime Naranjo, recordó que Valencia “ha tenido siempre vínculos muy estrechos y cercanos con los sectores de derecha”. En ese sentido, aseguró que las nuevas revelaciones lo dejaron en una “situación incómoda y cuestionable”, que debería provocar su renuncia.
Pese a las explicaciones, el diputado del Partido Socialista, Jaime Naranjo, señaló que “lo prudente que debiera hacer el fiscal, debiera ser inhabilitarse, e incluso, quiero ir más lejos, dada la situación delicada que hay en materia de corrupción en el país, (…) creo que lo más prudente es que el fiscal nacional debiera dar un paso al costado y presentar su renuncia”.
Su par del Frente Amplio, Andrés Giordano, por su parte que el fiscal nacional se estaría “poniendo el parche antes de la herida”, por lo que llamó a esperar a conocer los contenidos de los chats, agregando que “si esto sigue manchando a personas que hoy día tienen un rol fundamental en el estado de derecho, también creo que corresponde evaluar dar un paso al costado”.
Una estrategia de la “red Hermosilla-Chadwick”
Pero en el oficialismo no todos comparten la idea de renuncia del fiscal nacional. El di´putado PS y querellante en el caso Audio, Daniel Manouchehri, manifestó que “la estrategia de Hermosilla y su banda es inhabilitar el rol de la Fiscalía”.
En ese sentido, el parlamentario agregó que “indudablemente lo que hemos visto por parte de la Fiscalía es que ha jugado un rol de representación de la sociedad como ente persecutor del crimen y nosotros vamos a estar atentos a que eso continúe de la misma manera durante todo el proceso y durante todo el juicio. Pero no nos vamos a hacer parte de la estrategia de Hermosilla y su banda”.
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Su par socialista, Leonardo Soto, por su parte, señaló que “la verdad es que no es un delito conversar con Hermosilla, sobre todo entre abogados de la plaza en esa época. El asfalto y la línea roja es sin duda venderle el alma al diablo. Es decir, ofrecerle favores a la red de Hermosilla-Chadwick para arreglar salas de la Corte Suprema, venderle favores para entregarle información de causa reservadas venderles favores o para poder integrar salas o entregar documentación que es desconocida”.
Sin embargo, añadió que “nada de eso hasta el momento aparece que haya hecho Valencia o la otra fiscal. Y lo que hay básicamente es la entrega a gotas de audios respecto de ellos con una finalidad que es bastante obvia, una estrategia procesal para poder descalificar a los fiscales que están persiguiendo la corrupción”.
Finalmente, Soto aseguró que “esta es una maniobra que facilita la impunidad de la red de Hermosilla-Chadwick porque la conducta y los actos del fiscal nacional y de la fiscal Parra desmienten lo que quieren afirmar en los audios. Ellos han sido persecutores con un delito gravísimo y eso por lo menos nosotros nos da mucha tranquilidad”.