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Gobierno evalúa que vigilantes armados resguarden los centros de salud ante violencia del crimen organizado

La ministra de Salud afirmó que este tema “es algo que conversamos con la ministra del Interior”.

Fue durante el programa Estado Nacional de TVN que la ministra de Salud, Ximena Aguilera, se refirió a los hechos de violencia que se han registrado en distintos centros de salud del país, a propósito de los últimos episodios ocurridos en dos Cesfam en Puente Alto y La Granja.

La secretaria de Estado señaló que la ministra del Interior, Carolina Tohá, le pidió que “evaluáramos la posibilidad de tener vigilantes, que se llaman, como los que tienen en los bancos”, confirmando que ésto sí estarían armados “porque los guardias habituales son personas que están ahí mirando, pero que no tienen un entrenamiento como para, realmente, garantizar mejores condiciones de seguridad”.

La ministra Aguilera agregó que como Gobierno están “abiertos a cualquier medida que garantice mayor seguridad”, clarificando que la evaluación de la iniciativa apunta a “dar las atribuciones hacia las personas que están a cargo de la administración de los establecimientos para las medidas que ellos consideren y la comunidad asistencial que ahí trabaja, que sean necesarias”.

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En ese sentido, la ministra de Salud añadió que están analizando “todas las posibilidades, porque tiene que ser el que administra el establecimiento. Nosotros como Ministerio de Salud no administramos ningún establecimiento. Lo administran los municipios, los servicios de salud”.

En el detalle, la secretaria de Estado explicó que lo que están “revisando con las jurídicas del Ministerio es cuáles son los pasos que se deben cumplir” para, eventualmente, poder implementar la medida en los centros de salud del país.

Colegio Médico pidió blindaje

La presidenta del Colegio Médico de Chile (Colmed), Anamaría Arriagada, pidió a fines de septiembre blindar el Cesfam del sector de Bajos de Mena, en Puente Alto, luego que tras una balacera un grupo de delincuentes amenazara a los funcionarios para que dejaran morir a sus víctimas.

“Cada cierto tiempo viene un hecho que nos preocupa. Estos son dos muy seguidos, y muy violentos, que terminan con la muerte de un menor de edad, que también hay un hombre que entra armado amenazando en una sala de espera, sembrando el pánico, interrumpiendo la acción de salud”, señaló en “24 Horas”.

Acá hay un recrudecimiento de una violencia que es parte de una cultura violenta que desprecia la vida, y eso es muy complejo”, insistió Arriagada, quien destacó que “el personal de salud, para trabajar, tiene que estar seguro y eso implica llegar seguro a su lugar de trabajo, y salir seguro de allí”.

“Esta violencia gana espacios cuando se cierra un Cesfam”, puntualizó la dirigente sindical, quien reflexionó respecto de la necesidad de “bilndar” el centro de salud de Bajos de Mena más que cerrarlo ante las amenazas de delincuentes.

Hay que blindar los vidrios y las paredes, porque hay mucho impacto de balas locas que en cualquier día pueden matar a alguien que esté adentro. Lo que no puede pasar es que el Estado se retraiga, y esta violencia avance”, finalizó.

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