En la noche de la pasada jornada dominical 22 de septiembre, Teletrece Central emitió un reportaje televisivo en el cual se indicó que la Asociación Nacional del Fútbol Profesional (ANFP) junto al Club Universidad de Chile intervinieron en favor de un barrista de Los de Abajo que participó del crimen de un hincha del cuadro archirrival, Colo Colo.
PUBLICIDAD
La repercusión que ha tenido este producto periodístico ha sido importante. Sin ir más lejos, desde el ente rector del fútbol chileno lanzaron un comunicado a través de sus plataformas digitales en el que aseguraron que “la ANFP nunca ha ayudado ni apoyado acción alguna para que el ciudadano Maikool Muñoz Castro sea eliminado del listado de Derecho de Admisión (DDA). La ANFP se ha sujetado estrictamente a la normativa vigente respecto a la aplicación del Derecho de Admisión y no tiene vinculación con ninguna hinchada”.
Y sumado a estas declaraciones de la asociación deportiva ubicada en Quilín, Peñalolén, un nuevo nombre salió a colación: el de Luis Marambio. El periodista de Canal 13 se pronunció a través de sus historias de Instagram a raíz de una serie de acusaciones violentas por parte de supuestos hinchas de la ‘U’ que lo relacionaban con la creación de este reportaje, rumores que el comunicador desmintió rotundamente.
“Hola gente, llegando a Baires tras una semana libre. En esta cuenta en general recibo solo buena onda, pero al aterrizar tenía muchos mensajes (en coa, en general) sobre un reportaje del que no he tenido el gusto de participar, ni he podido ver. Pero como estas son mis RRSS y no del canal, les daré un minuto de fama a todos los violentos y groseros antes de irse bloqueados. Tolerancia y cultura. Lo mínimo que se pide (sic)”, detalló Marambio en su escrito.
Además, en una segunda historia, Luis señaló que “no sé quién inventó que hice un reportaje ni a quién le conviene esa mentira, pero las amenazas tienen un límite. Todos los mensajes de los delincuentes están guardados. La ignorancia es atrevida y la intolerancia muy peligrosa”.
Cabe destacar que, como el mismo periodista lo dejó ver en su perfil, el tono de las amenazas y reclamos por el reportaje –que no hizo– es bien elevado y no son en son de paz.