Con la llegada de septiembre y los días más largos y cálidos, también llega el cambio de hora en Chile, con el que oficialmente comenzará el horario de verano, el que para muchos es mejor y más agradable, aunque se pierda una hora de sueño al hacer la modificación.
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En concreto, los relojes tendrán que adelantarse en una hora este sábado 7 de septiembre a las 00.00 horas, por lo que al llegar a ese momento, en realidad serán las 01:00 horas del domingo 8 de septiembre.
Este cambio hay que hacerlo en todo el país, salvo en la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, donde no se hace ningún cambio, y en el territorio insular -Isla de Pascua, Islas Salas y Gómez y el Archipiélago Juan Fernández, donde se deben adelantar los relojes en una hora, pero cuando sean las 22:00 horas.
Efectos adversos y recomendaciones del cambio de hora en Chile
Y si bien todos los años la discusión va en torno a si es mejor dejar un solo horario durante todo el año o seguir cambiándola, hay especialistas que recomiendan hacer lo primero, es decir, no hacer cambios de hora y fijar un solo huso horario.
Así lo indica el doctor Luis Larrondo, director del Instituto Milenio de Biología Integrativa (iBio), quien aconseja preferir el horario en el que se tenga la mayor cantidad de luz al despertar.
Según el especialista, esto significa quedarse permanentemente con el horario de invierno ¿La razón? Evitar exponer el organismo a cambios fisiológicos dos veces al año, siendo mucho más drástico el que se experimenta en septiembre cuando pasamos al llamado horario de verano.
Además, asegura que las consecuencias de estas modificaciones pueden ser perjudiciales para la salud. “Esto se puede sumar a sensación de fatiga, dificultades para levantarse, episodios de ansiedad, irritabilidad y potencialmente, efectos en la salud debido a que el reloj biológico se desincroniza con el reloj social”, señala al respecto.
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El experto plantea que cuando la regulación normal de los ciclos circadianos se altera, se pueden llegar a ver una serie de problemas fisiológicos, con mayor incidencia de cuadros de depresión, mayor propensión a accidentes, o problemas de rendimiento escolar y laboral.
“La alteración de nuestro reloj circadiano es más notoria cuando se pasa al horario de verano, que es lo que ocurrirá ahora, pues implica pedirle a nuestro cuerpo despertar a oscuras, previo a lo dictaminado por nuestro reloj biológico, ya que estaremos desalineados respecto a la hora de salida del sol”, detalla Larrondo, explicando que las consecuencias inmediatas pueden ir desde “mayor riesgo de accidentes cardiovasculares e incremento de accidentes de tránsito, hasta fatiga y menor rendimiento, ya sea en el trabajo, el colegio o la universidad, especialmente durante las primeras semanas”.
¿Qué acciones entonces debemos tomar para minimizar estos y otros riesgos asociados a este cambio? El investigador del iBio destaca la importancia de priorizar la actividad física y de exteriores en la mañana, así como evitar el uso de pantallas digitales al acostarse en la noche para no retrasar la capacidad de conciliar el sueño y así evitar amanecer cansados la mañana siguiente.