Luego de días de controversia y acusaciones por parte de Isabel Amor al Gobierno debido a su desvinculación, Publimetro tuvo acceso a la entrevista que la profesional envió a la directora nacional del organismo Priscilla Carrasco, la cual, entre otras razones, hizo que perdiera la confianza en la exdirectora tras relativizar el papel que jugó su padre Manuel Amor, médico y teniente coronel en retiro del Ejército, durante su paso por el Estadio Nacional en 1973. Juzgue usted.
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«—¿Le preguntó si era culpable?
—Sí.
—¿Qué la motivó a creerle?
—Primero, que la condena se condice con algo que él ha dicho durante 20 años: que estuvo en el Estado poco tiempo, que vio militares y que no tuvo contacto con civiles. Luego hay dos motivos súper poco racionales. El primero es que se trata de mi papá. A estas alturas, ¿Por qué le mentiría a su hija? La segunda es una necesidad profunda de que su respuesta sea sincera. El trato que le dieron a Luis Corvalan fue horroroso, la posibilidad de que mi papá hubiese estado más vinculado es macabra —dice Isabel Amor.
—¿Cuál es esa otra posibilidad?
—Darte cuenta que tu papá te está mintiendo y de que es una muy mala persona.»
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A continuación, en la entrevista habla de la crianza que tuvo en Curicó, cómo era la relación con su padre de derecha y militar en retiro y de cuándo se formó su opinión respecto a la dictadura.
«—Una de mis amigas me dijo que tuviera cuidado con las funas, ya que mi papá podía estar dentro de la lista de los denunciados. Quedé súper impactada, en shock. Pensé: “puede que salga mi viejo… ¿Puede que realmente salga mi viejo?”.
—Se desplegaban afiches dando cuenta qué es lo que había pasado, qué tipo de tortura se ejercían contra las personas, cuáles eran los lugares. Mi colegio estaba cerca de diversos espacios que se usaron para torturar y recluir a personas, por lo tanto, aprendí muchísimo. Pero también sentí horror, al darme cuenta que habían personas capaces de hacer tales cosas a otras personas. Y el horror de enterarme que hay gente que todavía está buscando a sus familiares.»
Posteriormete, el texto se refiere a la visita que hizo Isabel Amor el año 2017 a un centro militar en Peñalolén, luego de salir la condena en contra de su padre y otros 12 militares en retiro por su responsabilidad en los delitos de secuestro calificado y aplicación de tormentos al ingeniero agrónomo, Luis Corvalán Castillo, hijo del secretario general del Partido Comunista de la época, Luis Corvalán Lepe.
«—Era un espacio con cabañas. Las condiciones de ese lugar, respecto a las otras cárceles, eran bastante distintas. Acá él tenía un perímetro donde moverse. Recuerdo que caminamos un rato y lo saludó un militar que vivía en otra cabaña. Él le respondió fríamente y me dijo: “él es una persona horrorosa, un asesino”.»
Luego de expresar el shock que le generó ver a su padre en una cárcel militar, a la profesional se le consulta:
«—¿Qué pasó después? ¿Logró conversar con él?
—El tema salió un poco de mi horizonte, pero quedó como un pensamiento latente. No tenía mucha información ni trataba de buscarla. Yo creo que él pensó en que como no había hecho nada, no iba a pasar nada. Me da la impresión que no entendió tanto el proceso ni de lo que significaba.»
En lo referido a la visita que Isabel Amor hizo el año 2023 a su padre, a propósito de la ratificación de la condena por parte de la Corte Suprema, la entonces directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en Ñuble conversó con el teniente coronel en retiro sobre lo sucedido en el Estadio Nacional.
«—Me explicó que lo mandaron a cargo de un hospital de campaña donde cumplió funciones de médico y administrativas. Pero que jamás se relacionó con torturas ni nada. Solo estuvo ahí porque lo mandaron.»
Sin embargo, esta respuesta fue reemplazada del texto que publicó la revista Sábado del diario El Mercurio el pasado 10 de agosto y donde Isabel Amor señaló:
“Él tuvo todos los medios para defenderse, en cada una de las partes de proceso. Lo condenaron porque él declaró, como corresponde, que sí sabía de la barbarie que se vivía en el estadio y no lo denunció. No sé qué espacio de duda podría tener yo respecto a su culpabilidad”.
Las torturas
De acuerdo a la entrevista que se hizo llegar al Gobierno, Amor señaló lo siguiente respecto de la conversación que tuvo con su padre sobre las torturas que se cometían en el Estadio Nacional:
«—¿Eso se lo preguntó directamente? ¿si había torturado a alguien?
—Sí. Y me dijo que no, que él no había torturado a nadie. Eso lo hacía gente más especializada, personas que traían del extranjero y que venían de otras dictaduras. Lo que supo años más tarde. El problema fue no denunciarlo en ese momento, pero él me decía: “¿a quién se lo iba a denunciar?”
—¿Su respuesta le entregó tranquilidad?
—Sí, claro. También creo que si hubiese denunciado lo habrían matado.»
El conflicto en Ñuble
Con respecto a el conflicto que se generó en el INDH de Ñuble después que la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos conoció del fallo de la Suprema sobre Manuel Amor, la exdirectora regional del organismo reconoció que fue un error no haber conversado antes con la agrupación.
«—No haberlo hecho generó mucho resquemor y desconfianza, lo que es absolutamente fundado. Sus reclamos no son exagerados porque hay personas con familiares que raptaron y torturaron, algunos de ellos no los volvieron a ver y siguen buscándolos. El INDH es independiente, pero ante sus ojos sigue siendo una institución del Estado. Por lo tanto, ¿por qué van a confiar en el Estado si no les ha entregado respuestas?
—Entonces ¿por qué no se reunió antes con la agrupación?
—Nunca se dio la instancia, pero también a mí me daba susto que quedara la escoba. Me hubiese gustado tener la oportunidad de hablarlo antes, pero también estuve todo un año cumpliendo las funciones de mi cargo. Yo nunca he dado ni una muestra de estar a favor de las violaciones a los DD.HH., al contrario, he demostrado trabajar por recuperar la memoria, en apoyar el avance del plan de búsqueda de los desaparecidos, en que la sociedad entienda que hay situaciones que en este país no pueden volver a ocurrir.
—¿Conversó con su padre sobre las cartas enviadas por la agrupación?
—Sí. Le desesperó bastante la situación porque su rol de padre es algo importante para él y que alguno de sus hijos sufra un perjuicio por su culpa, es una cuestión impensable. No sabía cómo ayudarme.»
En cuanto a la conversación que tuvo con la directora nacional del INDH, Consuelo Contreras, para advertirle de la entrevista que venía trabajando con El Mercurio sotuvo que:
«—Se lo comenté porque comunicacionalmente podía ser un problema para la dirección. Pero también pensaba que la situación procesal de mi papá es algo mío, de mi vida privada. Legalmente, no tenía ninguna obligación en compartirlo, pero lo hice igual.»
Finalmente, la entrevista presentada al Sernameg se refiere a la relación actual que tiene Isabel Amor con su padre.
«—Con mi papá recuperamos nuestra relación. Él es una persona que tiene 87 años, con un principio de Parkinson, por lo tanto, sus facultades están alteradas. Hay días que lo encuentro más conectado y otros no. Me hubiese gustado que mi papá ayudara con más información o que los militares, en general, hubiesen estado más dispuesto a entregárselas a los familiares de detenidos desaparecidos. El dolor de no cerrar el proceso de un ser querido desaparecido es una cuestión absolutamente inhumana.
—Y la imagen que tenía de su padre, ¿cambió en algo?
—No, la que cambió fui yo. Con todas las diferencias que tenemos con mi papá, el acto más desafiante y bonito es quererlo infinitamente, entendiendo sus claroscuros. Quererlo sin pedir disculpas y sin sentir vergüenza por eso.»
Nota: Los párrafos que se encuentran destacados y en cursiva corresponden a la entrevista que Isabel Amor hizo llegar a la dirección nacional del Sernameg para su visto bueno, los cuales tras su desvinculación fueron editados del texto que publicó el diario El Mercurio.