Hay una cruda historia detrás de la nueva Ley en contra del acoso laboral, la denominada “Ley Karin” que entró en vigencia este 1 de agosto, la cual busca prevenir, sancionar e investigar los casos de acoso laboral y sexual, y la violencia sufrida en el trabajo.
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Esta es bautizada de esta forma después del suicidio de una técnico en enfermería, Karin Salgado, tras ser víctima de acoso laboral en su trabajo en el Hospital Herminda Martin de Chillán en la región de Ñuble.
En el documento del proyecto de ley que modifica el Código del Trabajo en materia de prevención, investigación y sanción del acoso laboral, señalan que los parlamentarios que presentan esta moción recuerdan el caso de Karin Salgado, quien terminó por quitarse la vida el 12 de noviembre de 2019.
Con respecto al caso de la TENS, el escrito relató que “tras la realización de un sumario, en el cual si bien no era la persona investigada sino tan solo había sido llamada a declarar como testigo, se provocó una serie de injustas acciones en su contra por parte de sus superiores, descuentos en sus remuneraciones y otras humillaciones, que le hicieron insostenible seguir trabajando en el establecimiento”.
Con respecto a la mujer que motivó esta ley, en el proyecto se detalló que “Karin fue descrita por sus cercanos como una funcionaria de la salud con una vocación de servicio destacada, con alto compromiso por sus labores en el establecimiento y por el respeto de sus compañeros de la Unidad de Pediatría”.
El comienzo del acoso
De acuerdo a lo relatado por Reportajes Biobío en 2021, Karin Salgado comenzó a ser víctima de acoso después de que fuese llamada como testigo en un sumario que se estaba realizando en el hospital donde trabajaba tras la denuncia de robo de insumos.
En una carta que escribió antes de partir, ella contó que todo comenzó después de la desaparición de cajas de curaciones, las cuales fueron sustraídas por una de sus compañeras quien fue delatada por las cámaras de seguridad instaladas de manera secreta.
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Al tratarse de una colega, Karin fue citada a prestar declaraciones. “Me hicieron varias preguntas con respecto a la acusada, respondiendo de manera sincera como debe ser bajo juramento”, contó Salgado en su carta, y añadió que no podía asegurar la identidad de la persona detrás del delito.
El medio citado señaló que Karin “contó que era común que la enfermera jefe prestara las cajas de curaciones para ser devueltas al otro día, antes de que se realizara el conteo diario, ‘préstamos’ que eran registrados en un libro, pero que no estaban permitidos. Una manera de regular una práctica que en -en el papel- era irregular”. Ella admitió haber hecho esto en ocasiones extraordinarias como en el caso de una mujer que no tenía goce a ser atendida en domicilio y no podía moverse.
Esta declaración llegó a oídos de las jefas de Karina, quienes podrían verse perjudicadas por esta aseveración de Karina, debido a que serían cercanas con las personas a cargo del sumario. Karin decidió cambiar su testimonio y se echó la culpa. Las jefas comenzaron a arremeter en contra de Salgado y la dejaron como una “mala trabajadora y conflictiva”, contó en su carta.
Es más, de acuerdo al testimonio de una de las compañeras de la víctima, las jefas habrían alterado el libro que mencionó Karin y colocaron el nombre de TENS como las culpables detrás de estos préstamos irregulares para zafar de una eventual sanción.
Los últimos días de Karin
“Todo esto me llevó abajo anímica y psicológicamente, en mi trabajo no daba más ya que debía trabajar con la colega que me falló sabiendo que todo lo que yo decía era verdad”, escribió Karin, quien añadió que la enfermera jefa le pidió a sus compañeras que no se relacionaran con ella, e incluso habría amenazado a una persona que hacía reemplazo no llamarla más si es que no cambiaba su testimonio.
“Esto me ha hecho mucho daño al punto de llorar y sentirme vulnerable de estar frente a personas de mayor rango y, como se dice, el hilo se corta por lo más delgado”, añadió Karin. Ella terminó siendo amonestada por el sumario: “suspensión del empleo por 30 días, con goce de un 70% de las remuneraciones de acuerdo a los artículos 121 y 124 del Estatuto Administrativo, por falta al principio de probidad administrativa”.
“En febrero de 2019, Karin fue trasladada a la bodega de farmacia, con el 50% menos de su sueldo, pese a que admitió que había tomado insumos en contadas ocasiones, aunque preocupándose siempre de devolver el material”, relató el medio citado.
Después de esta medida en contra de su estabilidad económica, ella envió una carta a Contraloría exponiendo su caso y señalando que no podía sostenerse con ese sueldo, la solicitud fue negada. “Con esto me mataron”, escribió Karin.
Debido a su situación económica, la técnico en enfermería cayó en depresión, lo que era empeorado por el acoso laboral que sufría de parte de sus superiores. Ella fue escogida como mejor compañera por sus colegas, y la jefa se negó a que le otorgaran este reconocimiento, y reprendió a las personas que la eligieron, incluso dejó de llamar a una persona a reemplazo por eso.
En octubre de 2019, Karin intentó suicidarse. Sus colegas pidieron que el hospital le otorgara atención de salud mental, le pudieron conseguir una hora para un mes más. “Luego de ese primer episodio, Karin nunca más volvió a trabajar. Su último turno fue el 11 de octubre, fue su última vez distribuyendo los medicamentos, los insumos y los sueros por el hospital”, describió el reportaje. Un mes después, Karin Salgado se quitó la vida.