Su pasión y perseverancia lo han llevado a convertirse en un importante referente científico, acercando el conocimiento a miles de ciudadanos nacionales que llenan estadios para escuchar sus charlas astronómicas y que vibran con los fenómenos del Universo luego de leer sus libros adaptados a todas las edades.
José María Maza Sancho, astrónomo chileno de 76 años, doctor en astrofísica, Premio Nacional de Ciencias Exactas (1999), profesor, prolífico escritor, elegido “Chileno del Año” en 2019 (Premios Natida) -solo por nombrar una de sus facetas y logros profesionales-, es una de esas personas que inspiran.
La mirada crítica de José Maza
Luego de jubilarse de su actividad docente, Maza decidió emprender la importante misión de llevar la ciencia y la astronomía a todos los rincones posibles, ya que considera que es una disciplina fundamental en el desarrollo de las sociedades que buscan crecer.
En ese contexto es que el profesor Maza participó esta semana del ciclo de entrevistas en formato podcast “Trailblazers Latinoamericanos-Conectando sueños con el futuro”, iniciativa impulsada por la líder tecnológica Salesforce, que tiene por objetivo amplificar la voz de referentes del área en la región.
En conversación con Alejandro Anderlic, director de Asuntos Gubernamentales y Políticas Públicas para Latinoamérica de Salesforce, Maza llegó a través de este ciclo de entrevistas al público latinoamericano para entregar su diagnóstico respecto de la situación que vive la región y los importantes desafíos que aún enfrenta para conseguir un desarrollo sostenible y justo.
“Tenemos que perseverar en educar a toda la población, educarlos a todos y a todas (...) tenemos que invertir”, sostiene el astrónomo, aludiendo a que en Latinoamérica, y especialmente en Chile, se debe apostar por la investigación científica para alcanzar un crecimiento notable respecto a naciones desarrolladas.
“Chile declara no querer ser un país desarrollado (...) porque no invierte en la herramienta que lo va a desarrollar”, sentencia.
José Maza y la IA
Este Quijote contemporáneo inició una verdadera cruzada de la divulgación científica antes que las redes sociales dominaran la discusión pública, alcanzando importantes hitos de convocatoria como sus recordadas charlas magistrales masivas en estadios (reunió a seis mil personas en la medialuna de Rancagua, en 2018; y a más de 10 mil en La Serena, en 2019). Hoy sigue más activo que nunca dictando charlas, cursos y convocando a sus diversos públicos gracias a su apasionada forma de contar historias en un lenguaje sencillo y ameno, y también acercando sus conocimientos y formas de ver el mundo y el cosmos a través de su cuenta en Instagram @therealprofemaza, que en la actualidad cuenta con más de 120 mil seguidores.
“Siempre me proyecté como uno más dentro de la ruka (del mapudungun, casa); es decir, hacer que lo que nosotros somos como colectivo fuera mejor”, relata Maza citando a uno de sus referentes científicos, Albert Einstein, para suscribir a la idea de que es necesario pensar en el bien común para que los países de la región se desarrollen y comprendan que el lujo hoy es preservar la salud, el medio ambiente y los vínculos que buscan construir colectivamente. Y para lograr este gran propósito “tenemos que educar a todo el mundo. Si al final del día, siempre vuelvo a la educación”.
El académico chileno destaca los avances tecnológicos como una forma de simplificar tareas cotidianas que antes quitaban el valioso recurso que es el tiempo y que hoy pueden automatizarse, especialmente en lo relativo al acceso y procesamiento de la información.
“Yo creo que la Inteligencia Artificial (IA) es una mega forma de tener información”, explica sobre el impacto de la IA en las sociedades, aunque es escéptico ante la idea de que la humanidad sea dominada en el futuro por el robot.
Hoy la preocupación del profesor Maza está lejana a esa idea distópica de la lucha entre las máquinas y los seres humanos, está enfocado en seguir aportando y trabajando por una sociedad con mayor acceso al pensamiento y los conocimientos que harán de este planeta un espacio más amigable para convivir.
“Yo espero que mis hijos y mis nietos, y a lo mejor mis bisnietos, se acuerden que alguna vez en la rama de la familia hubo alguien que se dedicó a hablar de astronomía y de la enseñanza”, expresa al ser consultado por el legado que dejará a las próximas generaciones.