Fue hace algunos días que se dieron a conocer detalles del extenso relato de Raffaella Di Girolamo ante el juez que investiga la denuncia por abuso sexual que interpuso la hija de Claudia di Girolamo en contra de Cristián Campos. En este contexto, la psicóloga arremetió en contra de los medios de comunicación y personas que replicaron esta información, criticando el “morbo” y la “sordidez” de su divulgación.
Hace tres meses se dio a conocer la querella de Raffaella en contra de quien fuera esposo de su madre y padre de sus hermanos, el actor Cristian Campos, esto por supuestos abusos sexuales cometidos durante su infancia. Tras esto, hace unos días, Canal 13 reveló detalles sobre el presunto “modus operandi” que tenía el actor para cometer los ilícitos.
Sin embargo, esta revelación disgustó a Raffaella y removió heridas de su infancia, así lo dio a conocer a través de un comunicado público que compartió en sus redes sociales titulado “Contra la sordidez”, donde criticó el modo en que se ha manejado la información de la causa en curso.
“Esto no es sólo por mí. Es que simplemente no se hace… y no se hace con nadie”, partió declarando Di Girolamo en su cuenta de Instagram. En ese sentido, redactó una potente declaración: “Yo asumí la revictimización cuando denuncié, me hago cargo de eso, solo que hay otro grupo de personas que no han sido convocadas y que se han sentido con el derecho de decir, hablar, opinar, conjeturar y hacer un festín”.
En ese sentido, expresó su consternación ante la revictimización que ha enfrentado, subrayando que hay quienes, incluso con poder en el ámbito de las comunicaciones, no comprenden el daño que causan. “Después de todo lo que ha ocurrido, parece que hay quienes siguen sin entender qué significa revictimizar”, señaló.
Y enseguida cuestionó la necesidad de describir el abuso sexual infantil en detalle. “¿Será que a ellas, o ellos, no les importan las víctimas? ¿Dónde está la responsabilidad de quienes deciden traspasar límites que ni siquiera les pertenecen?”, se preguntó.
“Te ven como adulta, pero no se dan cuenta que están hablando de una niña. Una niña que fue víctima de actos gravísimos; una niña que todavía habita en mí”, expresó Di Girolamo, destacando la persistente herida emocional que lleva consigo.
“¿Acaso no es por morbo?”
Continuando con su declaración, Di Girolamo expuso la falta de respeto y empatía que significó la filtración de su testimonio. “¿De verdad esta gente se sentó a leer la declaración que hice ante la justicia, como si ese gesto de transgresión fuese inocuo? Cada cual seleccionó el párrafo que mejor sirviera a sus oscuros intereses. ¿Acaso no es por morbo? ¿Alguien duda de cuán sórdido es irrumpir en la historia de otra persona mediante su difusión?”, lamentó la psicóloga.
En su mensaje, Di Girolamo apuntó a la irresponsabilidad de quienes han reproducido estos hechos traumáticos de su infancia. “¿Precisaban detalles? ¿Para qué propician conversaciones sobre heridas y traumas que no les pertenecen? ¿Para qué describir el abuso sexual infantil desde sus pormenores?”, cuestionó.
“Sordidez. No se me ocurre otra palabra para describir la negligencia, el daño, y el miedo en cada persona que pudiera sentirse identificada con mi historia”, afirmó. “¿Por qué los medios tienen el afán de instalar estas crudas imágenes en la opinión pública? ¿Para demostrar su poder? ¿Para ganar clicks? ¿Likes?”, agregó, señalando la falta de ética en la cobertura mediática de su caso.
“¿Se pusieron en mi lugar?”
Pero esto no quedó allí, la mujer también expresó su preocupación por el impacto que esta exposición tiene en las víctimas que buscan justicia. “Están sembrando desesperanza e inhibiendo a quienes quieren denunciar. Les hablo a ustedes, los medios de comunicación, y a quienes han filtrado lo que no se debía. A ustedes, que instalan en la psique colectiva imágenes que se asemejan más a la pornografía infantil que al ‘derecho de la opinión pública a estar informada’”, sostuvo.
Finalmente, Di Girolamo hizo un llamado a la responsabilidad y a usar el poder de los medios para construir y no para generar conversaciones inhumanas. “¿Saben lo difícil que ha sido develar detalles traumáticos, que han afectado mi calidad de vida? ¿Los daños ocurridos a una niña, una adolescente y una adulta? ¿Se pusieron en mi lugar, en el de mis hijos, de mi madre, de mis hermanos, mi abuelo de noventa y cuatro años, mi familia de origen y aquella que he formado? Por supuesto que no”, concluyó.
“Este texto es una denuncia y a la vez un llamado a la responsabilidad. Con todo el dolor que siento hoy y que sienten quienes me acompañan, me mueve más el deseo de decirle a quienes tienen poder: úsenlo bien; úsenlo para construir y no para generar conversaciones inhumanas, indecentes y faltas de empatía”, finalizó su declaración.
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