Impacto ha causado durante la jornada de este viernes 7 de junio la noticia de que la Policía de Investigaciones (PDI) se encuentra realizando una serie de diligencias en el domicilio en el que vivió -hasta ser detenido por el horrendo asesinato de la joven Ámbar Cornejo-, Hugo Bustamante, también tristemente conocido como “asesino del tambor”.
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Todo, luego que se conociera que el propio Bustamante le reveló a la periodista de Ciper, Ivonne Toro, que antes de haber cometido el crimen de Verónica Vásquez y a su hijo Eugenio Honorato en 2005 -hechos por los cuales se le dio el apodo-, ya había matado a otras dos personas en los años 90.
La revelación a la periodista de Ciper
De acuerdo a lo relatado por la periodista de Ciper, Hugo Bustamante le reveló esta información a modo “de agradecimiento”, por haberlo tratado “como un ser humano” pese a todo lo que se sabía de él y a todo lo que le relató mientras la profesional realizaba un libro sobre el asesinato de Ámbar Cornejo.
“En nuestras últimas conversaciones le pregunté –dada la frialdad con que se refería a todos los horrores cometidos– si había matado a más personas”, escribió la periodista Ivonne Toro sobre este tema, añadiendo que “sin ser completamente claro me dijo que me tenía “un regalo” y me dio dos nombres: Elena Hinojosa y Eduardo Páez”.
Así, y luego de hacer una serie de investigaciones que le tomaron tres meses, Toro dio con que efectivamente, esas personas habían desaparecido en 1996.
Quiénes son las víctimas desconocidas de Bustamante
De acuerdo a la investigación de la periodista, Bustamante conoció a Eduardo Páez en la cárcel en los años 90, amistad que habría continuado cuando ambos salieron en libertad, todo hasta que él y su madre, Elena Hinojosa, desaparecieron.
“De eso quedó registro en un antiguo expediente que se abrió luego de que familiares de Hinojosa y Páez denunciaran una presunta desgracia. Allí también figura un testimonio de Bustamante quien, según una hija de Hinojosa, habría sido la última persona en verlos con vida tras llevarlos a su domicilio”, señaló la periodista.
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Los cuerpos de ambas víctimas permanecen desaparecidos, mientras que Hugo Bustamante no reconoció nunca directamente responsabilidad en su desaparición, hablando incluso de que Eduardo Páez había sido secuestrado, una versión que ahora resulta incomprobable.
En tanto, durante esta semana el propio Hugo Bustamante le reconoció a un gendarme en la cárcel de Rancagua -lugar donde cumple la condena por el crimen de Ámbar Cornejo- que efectivamente había tenido participación en los dos homicidios, entregando incluso la ubicación de los cuerpos; la casa ubicada en calle Covadonga, la misma donde fue asesinó y descuartizó a Ámbar en 2020.