La actriz chilena Mane Swett atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida, tanto en el ámbito personal como en el económico. Según dieron a conocer en el programa “Sígueme” de TV+, Swett está enfrentando una compleja situación financiera luego de perder la custodia de su hijo en una batalla judicial en Estados Unidos contra John Bowe, el padre del menor.
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El largo proceso judicial que enfrentó la intérprete en Estados Unidos habría afectado profundamente la economía de Swett. Cabe destacar que la actriz ha estado viviendo en Nueva York durante las últimas semanas para poder estar cerca de su hijo y continuar con la pelea legal.
Al parecer, la situación es tan grave que su círculo más cercano y amigos íntimos están preocupados y desean que Swett regrese a Chile. “Lo que quiere su círculo más cercano, lo que quieren los buenos amigos que tiene, es que ella vuelva y desde acá poder planificar lo que va a hacer”, añadió Gutiérrez. La idea de regresar a su país natal es vista como una manera de reestructurar su vida y planificar una nueva estrategia para seguir luchando por su hijo.
“La gente que la conoce la quiere ayudar, porque el problema que se viene ahora es la plata... efectivamente ella no tiene plata para enfrentar una nueva defensa en Estados Unidos”, sostuvo la panelista de Sígueme.
“Ella ha considerado vender su casa, su casa en la playa, hipotecarla. Como para poder conseguir los recursos para seguir luchando por su hijo... Entonces lo que se viene es muy complejo”, señaló la periodista, destacando las opciones que ha considerado la artista nacional.
Mane Swett pierde juicio por la custodia de su hijo
El pasado 10 de mayo se dio a conocer que la Corte de Nueva York, Estados Unidos, rechazó la solicitud de Mane Swett para recuperar la custodia de su hijo y traerlo de vuelta a Chile.
Uno de los puntos principales a considerar por la justicia estadounidense habría sido el testimonio del menor de edad. Según se dio a conocer, el niño se “opuso rotundamente a ser devuelto a Chile”, argumentando que se sentía “deprimido, triste y frustrado” en nuestro país. En tanto, viviendo con su padre en Estados Unidos se ha sentido “feliz, apoyado, comprendido y seguro”.
El menor de edad “expresó de manera contundente y consistente su profundo descontento con su vida en Chile, su anhelo de irse y, luego, su alivio de estar en Estados Unidos” y por esto la Corte determinó que “a infelicidad del niño en Chile tenía sus raíces en percepciones genuinas sobre las desventajas de su vida allí: soledad, pocos amigos, una relación materna emocionalmente distante, un padre físicamente distante, largos períodos al cuidado de niñeras y una escolarización poco inspirada”.