Mañana se cumplen tres semanas del inicio de los incendios que arrasaron a extensas zonas de la Región de Valparaíso, dejando 133 fallecidos, miles de damnificados en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana, muchas casas destruidas y millonarias pérdidas económicas.
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Y desde entonces son muchas las recomendaciones y proyecciones entregadas para apuntar a un buen proceso de reconstrucción, aunque lo claro es que ante catástrofes de esta magnitud hay que ser cautos respecto de los plazos.
“Las reconstrucciones de este tipo son largas y por eso se plantean en planes quinquenales. Se evalúa a los primeros cinco años, se sigue hasta los diez años y si es necesario se llega o quince años o más, algo que hacen en Japón. Por eso decir que en un par de años se va a reconstruir es algo muy poco realista”, señala el arquitecto Víctor Orellana, consultor y experto en gestión de desastres.
El también exsubdirector de la antigua Onemi (hoy Senapred) integró el equipo coordinador de la reconstrucción por el terremoto del 27 de febrero de 2010, y en base a esa experiencia añade que “en concreto, la reconstrucción por el “27/F” aún no ha terminado, porque siempre van quedando rezagos, entre los que muchas veces se olvidan las consecuencias en temas de salud mental, que a veces son para siempre”.
Según Víctor Orellana, “al terremoto del 2010 se le puede dar un periodo de una década de reconstrucción en lo grueso de lo material, por lo que la enseñanza de ello es que tales trabajos claramente no coinciden con los periodos presidenciales de cuatro años. Ello implica asumir esta clase de desafíos con una mirada mayor de Estado y no desde los tiempos de la política contingente”.
CÁLCULOS VARIOS
Respecto de las diferencias que ha habido sobre cálculos de la cantidad de dinero que demandaría la reconstrucción (de mil cien millones de dólares a mil 500 millones de dólares sólo para Viña del Mar según su alcaldesa, Macarena Ripamonti, a mil millones de dólares para todas las áreas afectadas según el ministro de Hacienda, Mario Marcel) y la cifra de casas destruidas o afectadas (poco más de siete mil según excolaboradores del Presidente Sebastián Piñera, y el doble de esa estimación de acuerdo a otras informaciones), Víctor Orellana sostiene que “cuando hay estas calamidades se debe diferenciar los daños, lo que se destruye en infraestructura como casas y escuelas, de las pérdidas, que son asociadas a perjuicios en empresas, servicios y negocios”.
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“Se han hecho ya algunos evaluaciones y valoraciones, que bordean los 750 millones de dólares en costos y de poco más de siete mil casas dañadas”, dice al arquitecto.
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Víctor Orellana también se refirió a la falta de normas de cara a estas situaciones.
“Estos incendios batieron varios, récords, partiendo por la cifra de fallecidos (hasta ayer siguen en 133, según el Servicio Médico Legal) y siguiendo con las viviendas afectadas... Por ejemplo, una ley de incendio debería entregar un estándar mínimo, pero acá todo está en tierra de nadie”.
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“De hecho, la Conaf no puede obligar a un particular a hacer un cortafuegos, lo que es normal en otros lados, y no hay reglas de distanciamiento o materialidad para una zona en la que limitan residencias y bosques”.
Y sobre el Senapred, cuenta que “todas las esperanzas están puestas en su diseño, que fue discutido durante diez años, desde que fue propuesto hasta que el servicio fue instalado por ley en 2021. No fue algo improvisado y posee una buena estructura , pero le falta mayor financiamiento para cumplir con lo que se le exige”.