Desde hace tiempo se augura que este verano será muy extremo en el país, y ya ha habido varios episodios de altas temperaturas en las últimas semanas, especialmente en la zona centrosur.
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Y el peligro que ello implica es alto, como lo indica un reciente estudio del Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica –elaborado por los académicos Magdalena Gil, Eduardo Undurraga y Kenzo Asahi-, que concluye que el calor extremo es una de las principales amenazas para la Región Metropolitana y que el país no cuenta con gestión de riesgo efectiva para combatirla.
Cabe señalar que si bien el cuerpo humano es un buen termorregulador, y mantiene una temperatura estable entre 36,5° y 37,5 °C, las altas temperaturas pueden tener efectos severos incluso en la salud de personas sanas, como agotamiento, síncopes o la muerte por golpe de calor.
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“El calor es uno de los estados naturales sistemáticos más peligrosos que la Región Metropolitana puede experimentar. No es de sorprender, entonces, que el calor extremo cobre hoy más vidas a nivel mundial que cualquier otro evento climático extremo”, dijo la profesora de la Escuela de Gobierno UC, Magdalena Gil.
“A pesar de estos antecedentes, la amenaza del calor extremo se ha mantenido subidentificada por las políticas públicas asociadas el riesgo de desastre. Es posible que esto se deba a que el calor extremo es también un importante factor de riesgo para la generación de incendios”, añadió.
En el trabajo se aclara que para el caso del Gran Santiago, donde está el 40% de los habitantes del país, una ola de calor estival se da cuando durante tres o más días seguidos hay temperaturas máximas diarias superiores a cerca de 31°C en diciembre, 33°C en enero y en febrero, y sobre los 31°C en marzo.
LOS GRUPOS MÁS AFECTADOS
La investigación precisa que los grupos de mayor vulnerabilidad ante las olas de calor son las personas mayores, los enfermos crónicos, las embarazadas, los recién nacidos y los niños, las personas con problemas de salud mental, quienes viven solos, los que tienen movilidad reducida, los sujetos en situación de calle, los que no tienen acceso al agua potable y los que trabajan en espacios abiertos.
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En relación con lo territorial, existiría menor calor de suelo en las comunas de la zona oriente de Santiago, porque cuentan con más áreas verdes. Y las comunas de las zonas norte y occidente presentan mayor prevalencia de temperaturas altas, a diferencia de las zonas cordilleranas.
El trabajo académico propone avanzar en estrategias de adaptación para la gestión y la mitigación de los riesgos asociados a eventos de calor extremo en Chile, concentrándose en los impactos a la integridad física de las personas, considerando tanto su salud como su seguridad.
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“Uno de los componentes de la gestión del riesgo con mayores carencias es en la caracterización del riesgo asociado a eventos de calor extremo. Esto significa que no entendemos bien la amenaza a la que nos enfrentamos, ni se encuentran bien identificados sus impactos en la salud humana o en la vida social”, explicó Magdalena Gil.
En un trabajo anterior, la académica concluyó que en Chile no existen las capacidades institucionales, presupuestales ni técnicas para la gestión del riesgo asociado al calor extremo.
La excepción es el sector de agricultura, que posee políticas de mitigación, transferencia del riesgo y manejo de emergencias.
Pero en general, se evidencia que no se encuentran asignadas responsabilidades de gestión ni asistencia técnica para asegurar que los diversos sectores y unidades de gestión territorial, como municipalidades y gobernaciones, desarrollen capacidades en este tema.
“La política comparada muestra que habitualmente es una responsabilidad liderada por los departamentos o ministerios de Salud. Es evidente la necesidad de dotar al tema de una gobernanza adecuada y explícita, designando responsables, otorgando atribuciones y generando presupuesto adecuado para ello”, precisó la especialista de la UC.
LAS PROPUESTAS
El estudio de los profesores de la Escuela de Gobierno UC propone abordar el desafío de la adaptación al calor extremo con un Plan para la Gestión y Mitigación de Eventos de Calor Extremo que incorpore varios elementos.
Uno de ellos es reformar el protocolo de calor extremo de la Región Metropolitana –el “Código Rojo” promovido por el gobernador Claudio Orrego- respecto a umbrales, comunicación de riesgo y medidas asociadas.
También habría que generar medidas complementarias al protocolo regional de calor extremo que mejoren la gestión de emergencias y propicien la adaptación al calor extremo de distintos sectores.
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Además, deben existir planes de emergencia comunales que permitan reaccionar ante una emergencia, asegurando la salud y la seguridad de la población más vulnerable.
Entre las medidas complementarias, se sugiere fortalecer las capacidades del sector salud, con preparativos específicos; asegurar medidas para la prevención y el manejo de olas de calor en establecimientos de larga estadía para adultos mayor; tomar medidas para la prevención y el manejo de olas de calor en establecimientos educacionales; regular las condiciones de trabajo durante olas de calor extremo, especialmente al aire libre; incorporar la Prevención de Violencia contra las Mujeres en el plan, y contar con planes de acción a nivel municipal para incluirlos en el futuro Plan de Adaptación al Cambio Climático en la Región Metropolitana.
Por último, y sobre acciones de mitigación de mediano y largo plazo, se esperaría fortalecer la capacidad de predicción y tener una ventanilla única que permita acceder a distintos programas de mejoramientos.
EL PRONÓSTICO DE UN EXPERTO
La Dirección Meteorológica de Chile ha anunciado varias veces ya episodios de altas temperaturas extremas en el centro del país, lo que inserta en las proyecciones hechas sobre un eventual verano muy caluroso.
Y el climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, reforzó lo anterior al explicar que “la persistencia del fenómeno de El Niño, más el empuje del calentamiento global, hacen prever que este verano será uno de los más cálidos jamás registrados en Chile”.
Y tales temperaturas inusuales podrían favorecer la propagación de incendios forestales a lo largo del país.
Sobre lo último, Raúl Cordero enfatizó que “se espera una temporada particularmente activa en la zona central y centrosur”.