La localidad de Cariño Botado, ubicada en la pre-cordillera de la región de Valparaíso, lleva una vida tranquila, alejada de la atención mediática, hasta ahora. Pero pocos conocen la Falla Cariño Botado (FCB), que es objeto de estudio de un grupo de investigadores de la U. de Chile en colaboración internacional.
Aunque la Falla Cariño Botado (FCB) se conoce desde hace al menos quince años (se encuentra a los pies de la Cordillera de Los Andes, en el borde oriental de las ciudades de Los Andes y San Esteban y está alineada con la falla de San Ramón, ubicada en la Región Metropolitana), poco se conocía sobre su tectónica y potencial sismogénico.
Un reciente trabajo se propuso revelar estas y otras características. Se trata del paper “Active thrust tectonics along the western slope of the Central Andes southernmost Pampean flat-slab segment (~33°S, Chile): The Cariño Botado fault system” , publicado en septiembre pasado en la revista Geomorphology por investigadores de la Universidad de Chile, University of Iceland, University of Toulouse (Francia) y Baylor University (EE.UU.), quienes realizaron mapeos en terreno, datación y revisión de bibliografía durante varios años.
Tras diversos análisis, los investigadores lograron revelar detalles de la Falla Cariño Botado:
- La FCB se ubica en la pre-cordillera de la región de Valparaíso en sentido norte-sur.
- Tiene al menos 15 km de extensión.
- Es una falla inversa, es decir, que monta rocas de millones de años de antigüedad del bloque cordillerano sobre sedimentos recientes de miles de años.
- Es activa, pues afecta capas con sedimentos de unos 8.700 años de antigüedad.
- La FCB forma parte de un sistema estructural mayor, llamado sistema estructural Pocuro.
- Considerando las observaciones geológicas junto con modelos globales de fallas activas, la FCB sería capaz de generar terremotos corticales, es decir, superficiales, de magnitudes entre 6 y 7,5.
- Presenta varias similitudes con la Falla San Ramón, la famosa falla de la Región Metropolitana.
“Desde un punto de vista morfológico y estructural, la FCB presenta similitudes con la Falla San Ramón, aunque aún debe estudiarse si existe una conexión en profundidad”, dice el doctor Gabriel Easton Vargas, investigador del departamento de Geología U. de Chile y uno de los co-autores del estudio.
El pasado 30 de septiembre, los investigadores presentaron los hallazgos del estudio a la comunidad y Pinto dio una entrevista a un medio local para dar a conocer el estudio.
“Estas reuniones son importantes porque nos permiten generar conciencia en los habitantes de la zona, preparándolos frente a las amenazas de origen geológico como ésta”, dice la investigadora. Las actividades fueron gestionadas por la Junta de Vecinos de Cariño Botado y la Asociación por la protección del Cariño Botado, con apoyo de la Municipalidad de San Esteban
La Falla Cariño Botado, al ser una estructura geológica similar a la Falla San Ramón, ha generado especial interés de las autoridades de San Esteban. La concejala de la comuna, Marian Leiva, cuenta que el municipio ha realizado dos charlas de sociabilización sobre los resultados del estudio. “Desde el Concejo Municipal se sociabilizaron ambas actividades en sesiones de concejo transmitidas hacia la comunidad, solicitando mayor participación de la municipalidad en la difusión y sociabilización de los resultados de dichos estudios, siendo una prioridad trabajar coordinadamente con el área de educación, a través de los establecimientos educacionales y su red de ciencias comunal, desde donde se pueden generar espacios de aprendizaje y concientización”, explica.
“Creo que divulgar esta información permite a cada uno de los que asisten a la actividad decidir informadamente y a la vez poder tomar medidas para mitigar un posible impacto ante una nueva activación de la falla”, dice Carolina Henríquez, Ingeniera en Prevención de Riesgos y habitante de la comuna.
“Los estudios sobre amenazas geológicas cerca de áreas pobladas, en específico sobre fallas corticales activas, son importantes ya que nos permiten conocer en mayor profundidad las características que tienen estos objetos con potencial sismogénico”, dice el investigador José Estay.
“A diferencia de otras amenazas geológicas, que suelen ser mucho más frecuentes, como inundaciones, erupciones, flujos de barro, etc., los terremotos corticales suelen suceder en contadas ocasiones a lo largo de miles o decenas de miles de años y tienen la capacidad de generar gran destrucción en su zona de ruptura”, finaliza.