Hamás es el nombre del movimiento que gobierna la Franja de Gaza desde 2007, y también del grupo armado que lleva una guerra contra Israel, de la que el ataque del sábado 7 fue sólo el último episodio.
El nombre es acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica, ha prometido exterminar a Israel y ha sido responsable de muchos atentados suicidas y ataques contra civiles y soldados. El Departamento de Estado de EE.UU. lo catalogó como grupo terrorista en 1997 y la Unión Europea y otras naciones de Occidente tienen la misma opinión.
El grupo fue fundado en 1987 por Sheikh Ahmed Yassin, un refugiado palestino de Gaza, un hombre paralítico que se convirtió en líder espiritual, pasó años en prisiones israelíes y supervisó la creación del brazo militar, que perpetró su primer atentado suicida en 1993. Fue abatido en 2004 por fuerzas israelíes. Khaled Mashaal lo sucedió, y hoy lideran Yehia Sinwar, en Gaza, e Ismail Haniyeh, desde el exilio, quienes alinearon a la dirigencia con Irán y sus aliados, incluida la organización Hezbollá de El Líbano. Incluso, muchos de los dirigentes viven en Beirut.
De acuerdo a Israel, Hamás cuenta con alrededor de 30 mil elementos y un arsenal de drones y cohetes con alcance de hasta 250 kilómetros.
Hamás ganó las elecciones parlamentarias de 2006 en Gaza y un año después empleó la fuerza para arrebatarle el control total a la Autoridad Palestina, el organismo con reconocimiento internacional dominado por el movimiento rival de Hamás, Fatah, y que mantiene el control en algunas zonas de Cisjordania, ocupada por Israel.
Durante los siguientes 16 años, a lo largo de cuatro guerras e incontables escaramuzas con Israel, el poder de Hamás se incrementó: más cohetes y de mayor alcance. En cada ocasión sus líderes sobrevivieron, asegurando un cese al fuego y la flexibilización de un bloqueo impuesto por Israel y Egipto, mientras forjaba una administración que incluye policía, ministerios y pasos fronterizos con detectores de metales y verificación de pasaportes.
A lo largo de los años, Hamás recibió el respaldo de naciones árabes como Qatar y Turquía. Recientemente se ha acercado a Irán y sus aliados, aunque desde Teherán aclararon que al contrario de reportes de prensa, no tuvieron participación en los ataques del 7 de octubre.
El objetivo final del grupo es, a través del uso de la violencia, liberar los territorios palestinos ocupados y la aniquilación de Israel.
Ha llevado a cabo atentados suicidas y durante años ha lanzado decenas de miles de cohetes, cada vez más poderosos, desde Gaza hacia Israel. También ha establecido una red de túneles que van desde Gaza hasta Egipto para el contrabando de armas, así como otros que se adentran en Israel.
En esta oportunidad, uno de los motivos de la radicalización del grupo es que en los últimos años, Israel ha firmado acuerdos de paz con naciones árabes sin necesidad de hacer concesiones en su conflicto con los palestinos. Además, el nuevo gobierno ultraderechista llevaba a cabo labores para afianzar los asentamientos en Cisjordania a pesar del rechazo de los palestinos.
Además, está la disputa sobre la sensible mezquita de Al-Aqsa, un lugar sagrado tanto para los musulmanes como para los judíos. La organización también ha citado la expansión de los asentamientos judíos en tierras que los palestinos reclaman para un futuro Estado y las acciones para endurecer las restricciones a los prisioneros palestinos en Israel,