Cargado con ocho mil cifras en 850 páginas, “como un Quijote”, dijo, llegó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, a la Comisión Especial Mixta del Congreso, donde con su presentación del Estado de la Hacienda Pública se dio inicio a la discusión parlamentaria del Presupuesto 2024. En la cita, el jefe de cartera explicó los motivos del “optimismo” que la oposición dice que ha tenido para proyectar los resultados futuros de la economía nacional.
Ante los parlamentarios, Marcel repitió que los objetivos del Presupuesto son la estabilización de la economía; la recuperación de las finanzas públicas; la protección de los hogares de bajos ingresos; el avance de las reformas comprometidas por el Gobierno y el desarrollo de una agenda de crecimiento económico sostenible e inclusivo.
Marcel destacó el primer superávit fiscal en una década ocurrido en 2022, una inflación sostenida a la baja y reiteró que espera que el año termine con crecimiento cero, aunque aseguró que las proyecciones eran que 2023 sería recesivo. En tanto, se estima un déficit efectivo para este ejercicio de 2,3%, y un estructural de 2,6%.
El ministro destacó que hay que responder a las necesidades de manera estructural, para garantizar sostenibilidad fiscal y estabilidad macroeconómica, considerando que la cantidad de adultos mayores crecerá a un ritmo de 4% anual. “Quien crea que en el camino se va a arreglar la carga, lamentablemente puede cometer un grave error”, explicó.
La propuesta se enmarca en las proyecciones de un crecimiento del PIB de 2,5%, aunque reiteró que no es lo que debe considerarse para delinear el presupuesto, sino el balance estructural y destacó que “este es un presupuesto austero comparado con la expansión del gasto público de los 15 años anteriores, equivalente a 6,3% promedio anual”.
Marcel indicó que “recogeremos la recomendación del Consejo Fiscal Autónomo de definir metas año por año. El último presupuesto, que va a ejecutar la administración siguiente, se presta para cierta ‘creatividad’”.
Hacienda hizo una solicitud de aumento de deuda, asunto que fue consultado por los parlamentarios. El plan es que la deuda pública se ubique en 41,1% del PIB: “Una cosa es la autorización de endeudamiento que está en la Ley de Presupuesto, y otra es lo que se requiere para financiar el balance fiscal. La autorización de endeudamiento cubre no sólo el financiamiento del déficit del año, sino que cubre el refinanciamiento de la deuda que vence en el año. Los 21 mil millones de dólares suman dos materias de incisos separados”.
El senador Carlos Kuschel (RN) expuso en la comisión que “crece la deuda pública y la economía está estancada y si no hay crecimiento, aumenta la cesantía, sube el costo de la vida y se mantiene una baja inversión creo que son la peor política fiscal”.
Marcel recibió varias solicitudes, como de Ricardo Lagos Weber (PPD) respecto del monto de la deuda pública bruta; de Claudia Pascual (PC), sobre las medidas para promover la ejecución presupuestaria; Alfonso de Urresti (PS), que pidió detalles de los programas mal evaluados y de José García Ruminot (RN), quien observó que la crisis de la salud hizo aumentar los afiliados a Fonasa.
La comisión fue citada también para hoy, en que se conocerán las nuevas disposiciones que contempla el proyecto respecto de las transferencias de recursos a entidades privadas sin fines de lucro”.