Los partidos políticos iniciaron acciones esta semana para salvar el Proceso Constitucional, con el discurso de un necesario acuerdo como base y con la convicción casi total de que el texto que se está aprobando no va a ser apoyado en el Plebiscito de diciembre.
Desde el Gobierno, el presidente de RD, Juan Ignacio Latorre, hizo en radio Futuro un análisis de lo que ha pasado hasta ahora: “Las enmiendas de Repubicanos son aberrantes, generan que no haya consenso. Si este proceso fracasa, la crisis constituyente seguirá abierta”, dijo, aunque aclaró que “nadie está pensando en un tercer proceso”.
Desde la extrema izquierda, el recién asumido timonel del PC, Lautaro Carmona, le quitó drama a un eventual rechazo (“no es que venga el caos”, dijo), pero sí indicó que “será un debate que estará planteado más hacia adelante”, estableciendo, como Latorre, que el asunto se verá en el futuro, una previsión que se comienza a rechazar desde varios sectores.
La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, también ha advertido que el proceso no va por buen camino. “Veo al consejero Luis Silva decir que esta es ‘la Constitución de la Seguridad’. Yo veo que el Partido Republicano tiene un espíritu de barrabrava, lo anima un espíritu de confrontación y no de unidad”, declaró en CNN.
Su par del PPD, Jaime Quintana, fue quien estableció que sin importar lo que se haya hecho hasta ahora, “es momento de un gran acuerdo político para salvar el proceso, que tiene que ir desde el PC a Republicanos”.
Ayer, el presidente de la DC, Alberto Undurraga, visitó el Consejo para reunirse con las comisionadas expertas del partido y ver cómo apoyar los acuerdos. Tras la cita, manifestó que “tal como está hoy el texto, no es aprobable. Si no se aprueba este proceso no habrá nueva Constitución en un buen tiempo, que nadie piense en un Plan B. (...) Es necesario que el Partido Republicano participe de los acuerdos”, complementó.
Amarillos, que no tiene representación en el proceso, ha intentado, junto con Demócratas, de ser un puente entre derecha e izquierda. Su presidente, Andrés Jouannet, dijo en radio Concierto que de cara al texto final, “nadie puede quedar contento totalmente, la Constitución tiene que representar a la mayoría del país y Republicanos está pasándose de rosca”.
Ximena Rincón, cabeza de Demócratas, añadió en TVN que “hemos estado en un proceso de ayudar. No hemos tomado un definición, vamos a esperar la fecha de entrega, pero el proyecto tiene luces y sombras. Tenemos que avanzar en una redacción que deje contentos a todos. Y si se rechaza, no debe haber Plan B”.
La derecha tiene más fe de que haya éxito. Gloria Hutt, presidenta de Evópoli y consejera constitucional, indicó ayer que “espero que las conversaciones decanten en un acuerdo transversal que nos permita aprobar el texto, que considero muy bueno para el país, con muchos avances”.
El nuevo timonel de RN, Rodrigo Galilea, aseguró que tiene esperanzas de que se apruebe la propuesta. “Veo una muy buena disposición del Partido Republicano. No aprobar sería un paso en falso severo y seguir con el país entrampado en una discusión que ya lleva 40 años”.
El principal dirigente de la UDI, Javier Macaya, también visitó el Consejo. El senador dijo creer que “si esto fracasa el 17 de diciembre, no sólo se termina el tema constitucional, habrá fracasado la política y la gente buscará soluciones fuera de la política tradicional”.
Ayer, sobre los llamados a acuerdos, Macaya expuso que “no entender que hay una fuerza electa democráticamente que ha hecho un trabajo, no puede ser desatendido”.
¿Y Republicanos? El presidente, Arturo Squella, expuso a TVN que “es infantil pensar en encontrar un texto que sea unánime, pero por nuestra parte, seguimos con la disposición de encontrar un acuerdo que nos permita incluir a la mayor cantidad de personas posible”.