Fue el jueves 20 de abril cuando el Presidente Gabriel Boric, por medio de una cadena nacional, anunció la Estrategia Nacional del Litio, que busca aumentar la participación estatal en el negocio del denominado “oro blanco”.
Un negocio que el año pasado significó para el país el ingreso de inesperados cinco mil millones de dólares -más que lo entregado por Codelco, y que significó el 1,6% de las ganancias fiscales de 2022- debido a los pagos hechos por las compañías privadas que lo explotan.
Ellas son Soquimich (SQM, de capitales chilenos y chinos) y Albemarle (empresa estadounidense), que tienen contratos de arrendamientos de salares con la Corfo.
En la actualidad, de todo lo que facturan SQM y Albemarle por explotar carbonato de litio deben cancelarle a Chile un 40% en impuestos y royalties mineros.
El plan del actual Gobierno contempla la creación de la Empresa Nacional del Litio y del Instituto Público del Litio y Nuevas Tecnologías, para que, de acuerdo a las palabras del Presidente, “Chile sea el principal productor de litio del mundo”.
Es que somos el país con las mayores reservas a nivel planetario y, hasta ahora, el segundo productor después de Australia de un mineral que ha repuntado en los mercados debido a su uso en dispositivos móviles y en la industria de la electromovilidad.
VARIAS RECOMENDACIONES
Lo que se ha hecho hasta ahora es empezar a conversar con SQM y Albemarle para trazar el camino de futuras negociaciones para que el Estado, primero a través de Codelco y luego por medio de la futura Empresa Nacional del Litio, pueda entrar a operar y, eventualmente, tomar el control mayoritario del negocio en el marco de la Estrategia Nacional del Litio, pese a que las compañías privadas tienen contratos de arrendamiento por varios años más.
Pero hay diversas miradas sobre ese plan estatal, que atrae a algunos y no gusta a otros.
“Espero que en el caso del litio se siga un tan buen camino como el que culminó con el royalty minero. Pero hay que ir decantando la primera idea del Gobierno, sin olvidar que lo fundamental es que este producto sea aprovechado en beneficio de todos los chilenos. Y para ello se requiere producir más, aunque desde mi perspectiva no importa quién lo produzca”.
“Sí es urgente que las ganancias generadas se repartan entre los privados y el Estado para que puedan ser financiados aspectos tan importantes para la población como la salud y la educación”, señala Alejandro Micco, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y exsubsecretario de Hacienda (marzo de 2014 a agosto de 2011) en el segundo periodo de la Presidenta Michelle Bachelet.
Y Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián y exsubsecretario de Hacienda (noviembre de 2020 a marzo de 2022) en el segundo periodo del Presidente Sebastián Piñera, sostiene que “el Gobierno del Presidente Boric ha mostrado una visión estatista del desarrollo, lo que se refleja en las reformas tributaria y de pensiones y ahora en la Estrategia Nacional del Litio”.
“Sobre lo último, se pierde una enorme oportunidad de fortalecer lo que ya hemos venido haciendo, que es básicamente licitar y que a través de una intervención activa de los privados, se generen ingresos permanentes para el país”.
“El litio va a seguir perteneciendo al país. El punto es cómo le sacamos la mayor rentabilidad, y al respecto no hay que innovar. No me parece apropiada la creación de una empresa estatal particular para estos fines, dado lo ineficientes que esa clase de compañías han sido a lo largo de la historia y también hoy. Yo seguiría licitando y avanzando en la participación de los privados, además porque montar una nueva empresa implica usar muchos recursos”.
EL FACTOR SOQUIMICH
Alejandro Micco añade que “obviamente, un empresario siempre ve el negocio. Y el tema del litio ha estado atravesado por una serie de puntos, partiendo por la presencia de SQM, que influye en lo político y lo complejiza. Pero se ha avanzado respecto de los contratos, por eso ahora nos dan el equivalente anual a diez hospitales de alta complejidad. Es un monto importante y ojalá que tengamos la discusión sobre este asunto en poco tiempo y con un alto nivel de realismo”.
“SQM es una realidad, está ahí, y hay que ver de qué forma es posible aumentar la producción en el corto plazo, cuando los precios están altos. Y que se beneficien tanto el Estado como el privado que se meta. Debe primar el pragmatismo, porque el litio está cruzado por muchas nociones ideológicas respecto de si el rol del Estado es ser productor o no. Pero eso es secundario hoy, pues lo importante es aumentar la producción para allegar más recursos al país”.
“Lo otro es tratar de fomentar la innovación en esa industria, lo que es posible efectuar con o sin una empresa pública. Ahora hay que poner las reglas sobre la mesa y llamar a todos los sectores a que entiendan que es vital aumentar la producción en el corto plazo, Se debe mostrar una apertura de mente para ceder posiciones y así todos los chilenos podamos disfrutar de los altos precios del litio, pues eso no durará para siempre y hay que aprovecharlo pronto”, complementa Alejandro Micco.
Eso sí, Alejandro Weber reconoce que “en el caso del litio debimos haber corrido a cien kilómetros por hora y lo hicimos a cincuenta. Es una realidad que entramos tarde, pero aún es posible revertir la situación, por lo que hay que ponerse trabajar de cabeza pensando que con el actual sistema de explotación bien se podrían proyectar ingresos permanentes anuales en torno a un punto del PIB (tres mil millones de dólares) que servirán para financiar muchas políticas públicas”.
EL IMPORTANTE ROL DE LA CANCILLERÍA
El Ministerio de Relaciones Exteriores juega un papel en la Estrategia Nacional del Litio, como lo reseña la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza.
“Fue formado un Comité de Litio y Salares, donde la Cancillería está representada porque la dimensión internacional es muy relevante para el éxito de la política propuesta. Son vitales, por ejemplo, la creación de espacios de cooperación e intercambio de experiencias con otros países, y también la búsqueda de oportunidades para insertarnos en cadenas de valor regionales y globales, aprovechando nuestra red de acuerdos comerciales. Y dentro del Ministerio, la Subrei fue designada para coordinar las materias relacionadas con el litio”.
- ¿Cuán cierto es que en el exterior hay muchas empresas a la espera de invertir, que no tienen tantas críticas ni resquemores como sí se han visto acá?
- La Estrategia Nacional del Litio entrega un marco claro y predecible para los inversionistas que deseen participar. Y además del recurso natural y del capital humano, contamos con la confianza de nuestros socios comerciales para invertir. Hoy existen muy pocos actores en este mercado, y lo anunciado por el Presidente Gabriel Boric apunta precisamente a que puedan incorporarse nuevos actores, lo que fue muy valorado a nivel internacional. Actores internacionales señalaron que la estrategia va en la dirección correcta, en particular por el énfasis que se ha puesto en la aplicación de tecnologías de extracción sustentables del litio y por la creencia de que la cooperación público-privada es el camino adecuado para alcanzar los objetivos. Tras el anuncio presidencial, más de 46 empresas de doce países se han acercado a nuestro Gobierno manifestando su interés en realizar inversiones y agregación de valor en el país.
- ¿Qué perspectivas tienen respecto de lo que deben hacer sobre el litio?
- Es fundamental que el litio se transforme en un puntal de la estrategia de desarrollo, agregando valor, innovación y comprometiendo los más elevados estándares medioambientales. Todo ello con el máximo respeto a las comunidades y procurando establecer un ecosistema productivo en torno al litio, posibilitando encadenamientos productivos a nivel nacional.