Una situación conocida, pero que no por ello deja de doler, es la develada por la organización TECHO-Chile, que ayer por la mañana dio a conocer la fotografía más actualizada sobre los campamentos en el país.
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Es que a cerca de 114 mil aumentaron las familias que viven en estos asentamientos según el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023, un 39,5% más respecto de la anterior medición, de 2020-2021.
Esa vez fueron registradas 81.643 hogares en 969 campamentos, y ahora son 113.887 en 1.290. O sea, estos sitios de alojamiento precario subieron en 33,1%.
El 45,7% de todos los campamentos que hay en Chile se formaron entre 2010 y 2020, y el 14,6% surgió desde 2020 a la actualidad.
Además, el estudio mostró que ahora son más grandes, con un promedio de 88,3 hogares en cada uno. Y es en el norte donde se concentran los mayores y en el sur están los más pequeños, en función del número de familias.
“Hemos podido ver que si bien el aumento de campamentos no ha sido mucho, sí creció bastante el número de familias que viven en ellos. Y ello pasa porque estos asentamientos cada vez son más grandes en la cifra de familias que acogen, lo que supone muchísimos desafíos en la forma que se puede intervenir por medio de diversas políticas púbicas. Esta crisis se profundizó durante la pandemia, principalmente por motivos económicos”, dijo Pía Palacios, directora del Centro de Estudios de TECHO-Chile.
La subsecretaria de Vivienda, Tatiana Rojas, declaró que “este es un problema que debemos enfrentar en conjunto, y con políticas de Estado que trasciendan un periodo de Gobierno, dada la envergadura de la situación. Hay que ir sentando las bases para abordar con seriedad este asunto, profundizado por la pandemia”.
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MÁS DATOS
Este completo catastro detectó además que hay 39.567 familias inmigrantes que viven en campamentos, lo que corresponde al 34,7% del total y representa un aumento neto de 14.603 hogares desde la medición previa.
A pesar de su relevancia a nivel nacional, solo en un 6,2% de los campamentos la mayoría de las familias son de otro país.
Sobre el acceso a servicios básicos, un 5,9% de los campamentos tiene agua potable de manera formal, es decir, con medidor propio.
El 44% tiene agua por medio de “pinchazos” a la red pública, y el 30,5% lo hace a través de un camión aljibe, algo más común en el norte.
Respecto de la electricidad, el 17,2% de estos asentamientos cuenta con ella, en la mayoría de las viviendas con medidor propio. Y un 63,1% de los campamentos está “colgado” a la red pública, la forma más común de acceder a este servicio.
En lo relativo al servicio sanitario, el 40% de los campamentos tiene una solución formal, que engloba a una conexión a la red pública (alcantarillado en un 5,7%) y a una conexión mediante fosa séptica (34,3%). De manera informal, un 32,9% usa una letrina sobre un pozo negro.
Los principales motivos para llegar a campamentos, son el alto costo de los arriendos y los bajos ingresos.
Finalmente, las regiones de Aysén y la de Arica y Parinacota son las que registran los mayores aumentos porcentuales de familias en campamentos, con un 353,8% y un 301,8%, respectivamente. Y en la Región de Valparaíso es donde más aumentó la cantidad de familias, con más de siete mil.
UNA MIRADA DESDE LA ACADEMIA
Carlos Aguirre, investigador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad San Sebastián, explicó que “este es un fenómeno multicausal, y en él influyen, entre otras razones, el aumento sistemático del precio de la vivienda, que se ha elevado por sobre los sueldos; el alto valor de los arriendos; los hacinamientos potenciados por la pandemia; los bajos ingresos de muchos, y el ingreso de población externa en zonas del norte, en el centro y en las regiones agrícolas de O’Higgins y del Maule”.
- ¿Cómo califica la estrategia oficial para afrontar el problema?
- Hasta el momento, las políticas de respuesta han sido bastante reactivas. La opción de este Gobierno de generar soluciones de forma industrializada y rápida es buena, aunque ese camino demora un tiempo en ser recorrido, pues no es simple.
- ¿Esta situación aumentará o disminuirá?
- Si contamos con esa industrialización rápida, podríamos ver una disminución en la cantidad de los campamentos que existen en Chile. Pero no hay que olvidar que la solución debe ir conectada a la ciudad, pues esto no es solo entregar el techo. Hay que tener políticas públicas convergentes.
