Una realidad oculta y muy grave en materia de educación sufre el país. Se trata de las personas que no tienen escolaridad completa, las que bordean los cinco millones de chilenos y chilenas. Y además 500 mil no saben leer ni escribir o presentan muy baja escolaridad.
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Así lo admite el Ministerio de Educación en su página web en el espacio de la denominada EPJA, o Educación de Personas Jóvenes y Adultas, programa cuya meta es que todos ejerzan el derecho a recibir formación de calidad según sus características y necesidades.
Tales datos son los últimos oficiales, y se basan en la Encuesta Casen de 2017.
Y como nuestra población supera levemente los 19 millones de habitantes, ello implica que más de un cuarto del país no ha egresado del colegio, y que el 2,6% no sabe leer ni escribir.
LA VOZ DEL MINEDUC
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, se refiere de entrada a “los 50.529 niños, niñas y jóvenes que en 2022 abandonaron el sistema escolar, a los que se apunta de forma directa con el Plan de Reactivación Escolar para rescatarlos y que no se sumen a los adultos desescolarizados”.
El secretario de Estado añade que “para los adultos con la necesidad urgente de terminar el colegio hemos pensado que los sostenedores puedan abrir una tercera jornada, lo que antes llamábamos “Escuela Nocturna”, pues mucha de esa gente trabaja en el día. Ya hay corporaciones, fundaciones y diversos grupos que realizan esta tarea, y queremos apoyarlos más”.
“Los sistemas como el dos años de colegio por uno son modalidades que se han ido dando por el uso y están certificados por el Mineduc, y no puedo calificar si son válidos o no, pues ello depende del proyecto de vida y de las urgencias de la gente que los usa. Debemos velar para que cualquier opción de educación para adultos se ajuste a la norma y sea de calidad”, cierra el ministro Ávila.
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PROPUESTAS DESDE LA ACADEMIA
Desde la academia, la decana de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián, Ana Luz Durán, revisa la Encuesta Casen 2017 vinculando el no terminar el colegio con la situación económica de esas personas.
“Un dato muy brutal es que quienes no finalizan la enseñanza media tienen a lo largo de su vida un 12% menos de ingresos que los que llegan a cuarto medio. Eso significa que las primeras personas están condenadas”.
La docente precisa que “las modalidades del vespertino y del dos por uno no son suficientes para asumir este problema. Además, varias iniciativas al respecto no conversan entre ellas”.
“Según un reciente estudio de la OCDE, somos el país con menor número de gente que estudia y trabaja al mismo tiempo, por lo que quizás debemos empezar a aprovechar lo que nos dejó la pandemia sobre estudio remoto. Y también hay que articular la recuperación de la escolaridad con la formación técnica, para empezar a avanzar en la solución de esta dura realidad”.
LA DIFÍCIL EXPERIENCIA EN TERRENO
El Colegio de Profesores sostiene que el Mineduc no ha puesto en el sitial que se merece a la EPJA.
“Hay que apoyarla más, pues le hace frente a una tremenda crisis. Pero el presupuesto para este programa crece muy poco, por lo que los pobres dentro de los pobres de la educación siguen invisibilizados”, precisa Carlos Ojeda, del del Departamento de Educación.
Y en el mismo sentido se expresa Juan Pablo Cortés, director ejecutivo de la Corporación Educacional Escuelas del Cariño, surgida en 2010 y que gracias a convenios con municipalidades y Servicio Locales de Educación desarrolla gratuitamente la formación de adultos de 19 a 23 horas con 130 docentes.
“Que más del cuarto de la población no haya terminado el colegio es un fracaso de la política pública en esta modalidad, independiente del Gobierno de turno. Además, los cupos son muy pocos, cerca de 130 mil”, sostiene el ejecutivo de la organización que hoy maneja siete escuelas (en Quinta Normal, Buin, La Granja, Ñuñoa, Pudahuel, San Miguel y Curicó), que firmó recién un acuerdo con Viña del Mar para recibir por ocho años en comodato la escuela Óscar Marín Socías para asistir a parte de los damnificados del incendio forestal del mes pasado, y que ha tenido desde 2010 hasta ahora más de seis mil alumnos.
Cortés dice que “hay mucha caricatura sobre la educación de adultos. Se cree que es para mayores o bien para gente que vive en sitios rurales. Pero el promedio de edad de nuestros alumnos y alumnas es de 32 años, en plena edad productiva. Y además del 60% al 65% de nuestros estudiantes son mujeres que se postergan en educación porque se hacen cargo de la familia desde niñas o jóvenes”.
Para el representante de Escuelas del Cariño, “como es imposible conseguir un contrato formal sin educación media completa, estas personas terminan trabajando en el comercio callejero, lo que perpetúa la pobreza y la falta de oportunidades”.
Cortés precisa que “hay que aumentar la cobertura de la educación de adultos, incorporarla a la Ley SEP para contar con más recursos y que el pago de la subvención sea por matrícula y no por asistencia”.