Desde la entrañable Judy Garland hasta los reyes del pop Michael Jackson y Diana Ross cruzaron alguna vez la puerta mágica de los cuentos infantiles para convertirse en Dorothy y el Espantapájaros, dos de los fantásticos personajes de las incontables versiones del cuento clásico que produjo el cine. Ahora, el estudio Warner Bros se encuentra desarrollando una nueva versión de El mago de Oz, que comandará Kenya Barris, creador de la serie Black-ish y, además, prepara otra adaptación paralela encargada a la directora Nicole Kassell, con la producción de New Line: el primer proyecto se ancla a la versión original y el otro modernizará la historia.
La novela que dio origen a ese histórico fervor hollywoodense fue escrita por Frank Baum e ilustrada por W. W. Denslow en 1900, y a partir de allí originó variadas representaciones en el cine, la televisión, los teatros de todo el mundo e, incluso, los videojuegos.
El cuento relata las aventuras de Dorothy Gale, una huérfanita que vive en la granja con sus tíos y su perrito Toto, todo ello en la asombrosa tierra de Oz. La adaptación más exitosa es la que Victor Fleming dirigió para la MGM en 1939 y donde Garland se proyectó a la fama: obtuvo 6 nominaciones al Oscar y se convirtió en un filme de culto con el registro de ser la película más vista de la última época.
Para soñar en tiempos de pesadilla
Un remake resonante tuvo en 1978 a Diana Ross y Michael Jackson como protagonistas. Dirigida por Sidney Lumet, se tituló “El Mago”, la versión afro-americana producida por Universal-Motown y donde Ross hacía las veces de una Dorothy menos infantil que la original.
La acción de la comedia musical se trasladó desde Kansas a un barrio afroamericano de Nueva York y allí el entonces “rey del pop”deleitaba a sus fans con numerosos bailes y coreografías con la paja saliendo por las costuras de su traje de Espantapájaros. Y hace una década se lanzó “Oz, Great and Powerfull”, estelarizada por James Franco y Rachel Weisz, al fin sin repercusión de público ni de crítica.
Como sea, la magia de Oz y sus adorables personajes se conserva intacta un siglo después gracias al cine y así lo avala un registro mundial de la Unesco, mientras que la Academia de Hollywood destina una sala especial para consagrar el impacto de una cinta que invita a seguir soñando, como Dorothy, por trascender más allá del arco iris..