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TPP11: Discusión de pros y contras ad portas de la votación en el Senado

La Cámara Alta decide este martes respecto del acuerdo que ha generado divisiones.

Este martes en definitiva el Senado va a votar si aprueba o rechaza el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, más conocido como TPP11, que tanto revuelo y discusión ha causado.

Cabe recordar que el TPP11 podría integrar económicamente a Chile con diez países del Asia Pacífico (Australia, Brunei, Canadá, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) por medio de otro de los numerosos acuerdos comerciales firmados por nuestro Estado, que a través de los diputados ya le dio el pase en abril de 2019.

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El TPP11 en principio contó con la presencia de Estados Unidos, pero ese país se retiró durante el Gobierno del Presidente Donald Trump.

Es el tercer tratado más grande del mundo -tras el CETA de Canadá y la Unión Europea, y el USMCA de Estados Unidos, México y Canadá-, y fija rebajas arancelarias, considerando materias laborales, de género y medioambientales.

Muchos lo ven como una gran chance para que productos chilenos entren sin impuestos a mercados con 500 millones de personas, que representan en conjunto casi el 15% del PIB mundial.

Pero también hay quienes lo rechazan, alertando que Chile perdería soberanía al adherir a un acuerdo que además favorecería la perpetuación de nuestra matriz económica.

Voces encontradas que les presentamos ad portas de una decisión vital en el Congreso.

A FAVOR: “ES UNA GUÍA DE LAS REGLAS DEL COMERCIO EN EL SIGLO XXI”

El decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, Alejandro Weber, dice que “aprobar el TPP1 tendrá una serie de consecuencias que beneficiarán directamente al bolsillo de los chilenos, pues tendremos acceso primordial al mercado del Asia Pacífico”.

“También significará el ingreso de tres mil cien de nuestros productos a grandes mercados, como los de Japón, Malasia, Canadá y México, con importantes beneficios arancelarios para sectores clave: agrícola, forestal y pesquero. Presenta reglas claras y modernas, lo que es vital ante la recesión y los pronósticos de una caída de la inversión cercana al 4%, con la consecuente destrucción de empleos “.

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El doctor en Economía de la Universidad de California y académico del Instituto de Economía de la Universidad Católica, Ezequiel García, sostiene que “uno de los objetivos de este tratado es establecer un precedente y una guía para la construcción de las reglas del comercio en el siglo XXI, por lo que creo que sería muy bueno para Chile dar la señal de que es uno de los países que lidera al respecto”.

El abogado Jaime Gallegos, del Departamento de Derecho Económico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, señala que “si bien ya tenemos tratados de libre comercio con algunos de los países del TPP11, este acuerdo apunta a la profundización del acceso a esos Estados, con los que hay cerradas algunas áreas que se abrirían”.

“Además, si Chile se suma a él (es el único país de los once contemplados que falta) daría una señal a los inversionistas extranjeros de que no habrá un cambio radical del régimen que se ha promovido desde el retorno de la democracia en 1990″.

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Y Alejandro Weber, quien fue subsecretario de Hacienda en el segundo Gobierno del exPresidente Sebastián Piñera, enfatiza en algo que ha causado discusiones: que se vería amenazada nuestra soberanía debido al mecanismo de solución de controversias a través de tribunales ad hoc (no permanentes).

“Por definición, un acuerdo comercial es la forma a través de la cual los Estados firmantes asumen compromisos para otorgar concesiones especiales respecto de sus propias normas jurídicas”.

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“Y en los mecanismos de solución de controversias del TPP11 no hay novedades en la materia, pues no difieren de los ya consagrados en la Comisión de la ONU para el Derecho Mercantil Internacional, en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias o en otros arbitrajes internacionales que Chile ha suscrito”.

EN CONTRA: “MANTIENE ESTÁTICA LA MATRIZ PRODUCTIVA DE CHILE”

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Andrea Sato, investigadora de la Fundación Sol, resume la postura crítica de ese organismo ante el TPP11.

“No solo tenemos observaciones hacia el TPP11, sino que también a todos los tratados de libre comercio y de inversión bilaterales firmados por Chile desde los años noventa del siglo pasado”.

“Es que esos acuerdos mantienen estática la matriz productiva de Chile, vinculada a las actividades primarias extractivistas. Y ello implica que hay bajo valor agregado en nuestros productos, lo que genera empleos precarios y bajos sueldos”.

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Por su parte, el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad de Cambridge y también docente de la USACH, José Gabriel Palma, indica que “la parte comercial del TPP11 corresponde a solo cinco de sus 30 capítulos. Este acuerdo es como tener “leyes de amarre”, pues al aceptar cortes ad hoc se acata lo que las multinacionales quieren para su beneficio. En los nuevos tratados comerciales, los litigios se dirimen en cortes nacionales”.

José Gabriel Palma también hace referencia a las ahora conocidas “side letters” (cartas laterales) con las que se promete asegurar una mejor resolución de posibles conflictos, y que el Gobierno estaría asegurando para entregar una aprobación que parece segura en el Senado.

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“La estrategia del Gobierno de firmar “side letters” sin duda que es mejor que hacer nada. Pero es bien poco efectiva, porque los países que las van a rubricar no son los relevantes en estas materias”.

Andrea Sato complementa respecto de “si las rebajas arancelarias marginales que promete el TPP11 convienen al analizar sus elementos cuestionables, como el modelo de resolución de conflictos y los arbitrajes internacionales que favorecen a las corporaciones, pues ellas establecen las reglas del juego”.

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Y la profesora y directora del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Dorotea López, no ataca al fondo del acuerdo, sino que sostiene que “las críticas y bondades del acuerdo han sido exageradas, causando desinformación. El TPP11 se convirtió en una bandera de lucha política más que de transformación económica, lo que le ha asignado más competencias de las que tiene”.

“Sería mejor tomarnos plazos razonables para digerir los capítulos que generan más controversia, pues realizar operaciones mecánicas es innecesario”.

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