Satisfecho con lo que hizo como constituyente, pero no con el resultado de un año de trabajo que este domingo 4 de septiembre será plebiscitado, se manifestó Hernán Larraín Matte, de 47 años y representante de Evópoli, quien fue elegido por el Distrito 11 y en un momento tuvo el puesto de Vicepresidente Adjunto de la Convención.
Quien desde 2010 a 2013 integró RN y luego fue presidente de su actual partido entre 2018 y 2020, señaló a Publimetro que “la experiencia de la Convención fue muy importante en muchos sentidos, un gran aprendizaje y una gran responsabilidad. Pero el proceso, y en particular su resultado, fueron oportunidades desperdiciadas”.
- ¿Por qué es tan tajante su resumen de la Convención?
- Todos los convencionales entramos con un claro mandato de la ciudadanía, que en casi un 80% quería una nueva Constitución. Y lo que la Convención hace es entregar un texto que divide a los chilenos. Eso es lo que más lamento: no haber sido capaces de cumplir con la tarea que la ciudadanía esperaba de nosotros.
- ¿Y más allá de que su sector era minoría, hay espacio para una autocrítica?
- Tengo la tranquilidad de haber hecho todo lo que estuvo en mis manos para poder ser parte de un acuerdo. Llegamos con voluntad de diálogo, buscamos construir puentes e hicimos propuestas en todas las comisiones. Fui un convencional que votó Apruebo en el Plebiscito de Entrada y quería alcanzar un acuerdo amplio, y eso no se dio. Es lo que más lamento... Si hay que hacer un mea culpa, es sobre el resultado obtenido, aunque ser minoría fue nuestra gran limitante para haber influido más.
- ¿Hay algo que rescata de esta experiencia?
- Como sector cumplimos una tarea muy importante. Fuimos electos y éramos minoría, pero participamos democráticamente en todo el proceso. Se estuvo ahí hasta el final, asumiendo la responsabilidad entregada.
- ¿Qué es según usted lo peor de la propuesta?
- El sistema político, que no necesariamente es algo muy popular pues es un tema bastante técnico. Pero es la sala de máquinas que permite que todo el resto funcione. Por ejemplo, los derechos sociales se cumplen en la medida de que haya un sistema político que reúna las condiciones y capacidades para habilitarlos. Y el sistema que deja la Convención es, como lo dijo el propio profesor Agustín Squella, un experimento que le entrega mucho poder a lo que hoy conocemos como la Cámara de Diputados y Diputadas, y debilita al Senado y al Presidente. Esos cambios no permiten asegurar lo más importante, que es la eficacia política.
- ¿Pero no cree que también se buscaba un cambio y probar otro sistema, pues a muchos no les gusta el actual?
- Los chilenos están muy cansados de ver una política bloqueada y sin acuerdos, que lleva a la ausencia de reformas, como las de pensiones y salud, prometidas hace tantos años. Con acuerdos se puede llegar a esas reformas, que es lo que está detrás de todas las demandas de la ciudadanía. Pero el sistema político propuesto, lamentablemente, no lo logra. Es más, agrava muchos de los problemas políticos que tenemos.
- ¿Por qué tras el amplio apoyo a una nueva Constitución las últimas encuestas publicadas le daban ventaja al Rechazo?
- El proceso dejó mucho que desear, y la gente se fue desencantando y perdiendo esperanza. También hubo molestias por hechos puntuales, como los disfraces y el voto de un convencional en la ducha. Y el resultado, el texto, deja mucho que desear, pues entrega un amplio margen a la incertidumbre. Se produce distancia porque el texto es más un Programa de Gobierno que una Constitución que dé espacios a diversas miradas. Lo propuesto se separa de valores fundamentales y de tradiciones del país. Además, es muy refundacional y maximalista, y tiene algo de revancha, ya que algunos les imponen sus términos a otros. No hay pacto de convivencia, ni diálogo, ni acuerdo.
- ¿Piensa que este domingo se ratificará lo que auguraban las encuestas?
- Creo sinceramente que va a ganar el Rechazo, pues hay un ambiente que se mueve hacia allá con mucha fuerza. Hay que ponerse en ese escenario, pero también habrá que ser muy sobrios, responsables y respetuosos la noche del domingo 4 de septiembre. No hay que celebrar, aunque Chile sentirá un gran alivio con la victoria del Rechazo. Y de todas formas hay que levantarse al otro día para seguir trabajando por el país y seguir buscando acuerdos, una tarea transversal.
- ¿Y si pasa lo contrario y se impone el Apruebo, qué pasaría?
- Si ganara la opción del Apruebo, Chile entraría en un muy complejo proceso de instalación de la nueva Constitución que todos queremos. Y además habría que empezar a arreglar todos los problemas que tiene. Pero lo esencial es que los chilenos van a votar el próximo domingo y que todos debemos respetar el resultado. Es parte de la democracia que se manifieste la voluntad popular, y en cualquiera de los dos escenarios hay que trabajar por Chile con altura de miras y sentido republicano-, cerró el abogado y magíster en Ciencias Políticas y también en Políticas Públicas.