La tarde de este jueves, el sacerdote jesuita Felipe Berríos se refirió a los primeros resultados de la investigación canónica que se realiza en su contra, luego que fuese acusado de realizar hechos de connotación sexual por parte de varios denunciantes.
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En un comunicado, la Compañía de Jesús reveló que las primeras indagatorias determinaban “verosimilitud” en episodios de significación sexual que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes, además de calificar como “no verosímil” una denuncia por un hecho que habría afectado a una menor de 7 u 8 años.
Según recoge BioBioChile, mediante una declaración, Berríos reiteró su inocencia y negó las acusaciones, asegurando que “nunca me he aprovechado de mi posición de sacerdote. Al contrario, siempre he tratado de ser muy horizontal y he luchado contra las formas jerárquicas de la Iglesia, como que me traten de ‘padre’ o usar vestimentas opulentas”.
Asimismo, el religioso criticó el “total secretismo” respecto a la investigación, como también el comunicado emitido por la Compañía de Jesús, donde lamenta que no se explique “la diferencia entre que un hecho sea verosímil y que este realmente haya ocurrido”.
“Tampoco aclara que un número importante de los 40 testigos que menciona, concurrieron para dar testimonio de no haber observado nunca conductas impropias de mi parte”, añadió.
El sacerdote manifestó que pudo conocer en detalle las cuatro denuncias y los relatos que se presentaron en la investigación canónica, asegurando que “salvo una, desconozco las historias de vida de las denunciantes”.
En esa línea, afirmó que tras conocer los relatos “puedo afirmar que no he cometido los actos de significación sexual que ellas describen”
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“La sola expresión ‘actos de significación sexual’ es muy compleja, pues la gente se imagina relaciones sexuales no consentidas y horrores de ese tipo”(...) acá lo que se me acusa es de conductas impropias, como lenguaje inapropiado, hablar de temas que supuestamente no corresponderían a un sacerdote y, en algunos casos, de abrazos y supuestas tocaciones de muslos y glúteos”, señaló Berríos.
Finalmente, el jesuita cerró su declaración agradeciendo a quienes “a lo largo de estos meses han seguido enviándome muestras de cariño y creyendo en mí”.