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Dramático: más del 50% de las familias chilenas sucumbe ante una emergencia económica

Los bajos sueldos y el alto costo de la vida tienen a la mayoría del país con el alma en vilo, rezando por no enfrentar una contingencia financiera.

(Esfuerzo Pyme/Esfuerzo Pyme)

Un estudio de la Universidad dela Frontera, UFRO, develó una dura realidad conocida por algunos e intuida por otros, que refleja un grave problema en Chile.

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Es que más de la mitad de las familias del país no tiene capacidad para enfrentar una emergencia económica. O sea, están muy comprometidos con los gastos cotidianos y ello les impide ahorrar.

Y tal situación las obliga a vivir del crédito hasta para alimentarse y a demorar el pago de los costos fijos, o bien postergar algunos y estar al día en otros.

Este trabajo fue efectuado por un equipo de investigadores de Psicología Económica y del Consumo de la UFRO, institución con sede en Temuco, junto a una universidad colombiana (Konrad Lorenz) y otra argentina (Nacional de Córdoba).

En base a una encuesta efectuada a 1.184 personas, el 42,1% de ellas chilenas, se llegó a tan drástica conclusión para nuestro país, donde el sueldo mínimo es de apenas 380 mil pesos. El 1 de agosto subirá a 400 mil pesos.

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“La encuesta la hicimos a fines de 2020, pero es extrapolable a la actualidad chilena. Y una de las premisas que manejamos entonces era que la situación iba a ir profundizándose, como lo muestra la realidad. El regreso a la presencialidad en el trabajo no aminora el impacto de la pandemia de coronavirus en los empleos y en los ingresos”, dijo una de las autoras de la investigación, la psicóloga Marianela Denegri, directora del Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades de la UFRO.

El sondeo indicó que los principales temores en nuestro país son perder el empleo (52,3%), enfermar o que alguien de la familia enferme y sea imposible financiar su tratamiento (48,3%) y no poder pagar los gastos básicos (46,3%). Y son las mujeres las que manifiestan más miedo que los hombres.

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“Entre los chilenos observamos un permanente estado de alarma y desprotección, lo que viene acompañado de un aumento del uso del crédito para alimentarse. Ello es gravísimo porque esa se convierte en una deuda que nunca termina, dado que hay que comer a diario”, precisó la académica.

Marianela Denegri recordó que Chile es el segundo país de a OCDE con más probabilidad de que una persona del tercer quintil (clase media-media) retroceda al segundo (media-baja). Y que el 25% del grupo clasificado como vulnerable está en riesgo de descender al primer quintil, es decir, a la pobreza.

“Nos centramos en la clase media chilena, la más numerosa, que abarca muchas realidades y que está muy endeudada. Antes estaban los retiros desde las AFPs y el IFE Universal, ingresos que ahora no existen, por lo que claramente la realidad que ratificamos con nuestras consultas ha empeorado”, añadió la profesora de la UFRO.

La psicóloga se ha dedicado a estudiar el impacto del modelo neoliberal en el comportamiento de consumo y en la construcción de la identidad social. Y desde esa mirada va más allá en lo que ha significado la pandemia en la economía familiar.

“La cifra que dimos a conocer creció con la emergencia sanitaria, pero venía subiendo desde antes, pues las familias chilenas están endeudadas desde hace mucho tiempo. Eso es un grave problema, que se basa en la instalación de un modelo de consumo que articula la vida. Por eso el endeudamiento se ha convertido en algo natural para muchos. Y endeudarse es un tremendo problema, porque se hipoteca la posibilidad de enfrentar cualquier emergencia”.

“La clase media es la más vulnerable, pues no posee activos y depende fundamentalmente de su empleo. Por lo tanto, cualquier cosa que la desestabilice, como el desempleo o una enfermedad genera una crisis”, cerró Marianela Denegri.

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Lo anterior se relaciona con lo señalado la semana pasada por la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, en una entrevista con radio Pauta.

“El número de pobres está aumentando. Eso es una realidad. Cuando sube el precio de los alimentos, el indicador que se usa para calcular, efectivamente aumenta la cifra de pobreza, porque menos familias pueden acceder a pagar la canasta básica. Lo que estamos viendo es que el número de pobres con esa medición está aumentando”.

Cabe recordar que el IPC en en junio fue 0,9% (con mayores alzas en transporte y en la división alimentos y bebidas no alcohólicas), que este año la inflación llega a 7,1% y que el alza en el costo de la visa en los últimos doce meses es de 12,5%, el nivel más alto desde mediados de 1994.

Por su parte, la Fundación Sol publicó en septiembre de 2021 un estudio titulado “Los Verdaderos Sueldos de Chile”, una investigación efectuada por los economistas Gonzalo Durán y Marco Kremerman. Y sus conclusiones no pueden menos que llamar a la reflexión.

Basados en la Encuesta Suplementaria de Ingresos de 2020 del INE, los especialistas indicaron que “en Chile se registra un considerable atraso salarial”.

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Uno de los resultados indicó que el 50% de los trabajadores gana menos de $420.000, que siete de cada diez gana menos de $635.00 y que solo el 20% gana más de 850.000. Además, el 82,4% de las mujeres con un trabajo remunerado gana menos de $850.00.

En las regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Arica y Parinacota, y Ñuble hay un atraso salarial más pronunciado, ya que el 70% de los ocupados y las ocupadas percibe menos de $600.000.

En 16 de las 32 grandes ciudades chilenas informadas, la mediana no supera los $400.000, y solo el 25,2% de quienes tienen una jornada de 40 horas o más gana más de $850.000.

Y algo muy grave es que el 54,7% del total de ocupados en Chile no podría sacar a una familia promedio de la pobreza, lo que da cuenta de los elevados niveles de precariedad que existen en el mundo del trabajo.

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